El caso Nestora Salgado: irregularidades (2ª parte)

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Por Tinta Incógnita**

@TintaIncognita

El caso de Nestora: irregularidades

 

En la primera parte de este artículo comenté que en estos días se llevaría a cabo una audiencia para definir si se anula la causa penal que enfrenta Nestora Salgado por el delito de secuestro agravado. Sin embargo, debido a la demora de un exhorto, esta audiencia fue reprogramada para el 26 de febrero de 2016, prolongando aún más un proceso ya de por sí largo y que se ha caracterizado por las violaciones de derechos, las faltas al debido proceso y las inconsistencias en las acusaciones.

¿Por qué Nestora Salgado?

Al momento de su detención y desde algún tiempo atrás, Nestora Salgado como coordinadora de la CRAC-PC investigaba ciertos vínculos entre el crimen organizado y las autoridades municipales, y en especial el caso de una red de trata y pornografía infantil que operaba en comunidades de Guerrero. La autoridad comunitaria contaba incluso con evidencia contundente en los archivos de la Casa de Justicia de El Paraíso, pero ésta fue quemada cuando llegó el ejército a detenerla. Sin embargo, en una entrevista publicada por La Jornada, Nestora comentó que guarda una copia.

Esta investigación señalaba como principal culpable a Eusebio González Rodríguez, quien entonces era presidente municipal de Olinalá y que en 2013 convocó a un grupo de choque con la intención de desarmar a la Policía Comunitaria. A pesar de que la CRAC-PC compartió su investigación con la Marina, no se ha iniciado ninguna averiguación previa al respecto y actualmente Eusebio González Rodríguez es diputado en el congreso local de Guerrero.

El 16 de agosto de 2013, la Policía Comunitaria detuvo al síndico priísta Armando Patrón Jiménez del ayuntamiento de Olinalá, a quien se le acusaba de estar involucrado en el asesinato de dos ganaderos y se le encontró en flagrancia –“con la manos en la masa”- borrando evidencias del crimen. El funcionario municipal fue trasladado y retenido en la Casa de Justicia de El Paraíso, en Ayutla de los Libres.

Ante este legítimo y legal proceder de la CRAC-PC, un grupo de simpatizantes priistas y aliados del gobierno local interpusieron una demanda ante el Ministerio Público de Chilpancingo, acusando a los comunitarios de “secuestro” por la detención del síndico. Entre los denunciantes se encontraba Eusebio González Rodríguez, quien era en ese momento el alcalde de Olinalá y estaba siendo investigado por la CRAC-PC por tener vínculos con el crimen organizado. Es importante destacar que las denuncias de este “político” impulsaron la detención de Nestora, como para “quitársela de encima”.

También se presentaron denuncias de dos jovencitas que alegaban haber sido secuestradas por la CRAC-PC pero que en realidad habían sido enviadas por sus padres para que fueran “reeducadas”, e incluso firmaron unas actas donde hacen constar esto.

Es importante resaltar que estas jovencitas estaban vinculadas al narco y a la red de trata y prostitución infantil que investigaba en ese momento la CRAC-PC; es más, sus celulares contenían evidencia videográfica contundente sobre la red de prostitución infantil que operaba bajo el resguardo de autoridades municipales.

Tan solo días después, el 21 de agosto de 2013, Nestora Salgado fue detenida sin orden de aprehensión, acusada de secuestro. En el operativo participaron elementos del Ejército, la Marina, la Policía Estatal y la Policía Municipal, en un despliegue exagerado de la fuerza pública en el que se detuvo también a otros 30 policías comunitarios que vigilaban la Casa de Justicia de El Paraíso.

¿Por qué una prisión de máxima seguridad?

A efecto de una orden de prisión preventiva, Nestora fue llevada a Acapulco luego de su detención y de ahí trasladada a una prisión federal de máxima seguridad, el Cefereso No. 4, en Tepic, Nayarit, donde la mantuvieron totalmente incomunicada por unas semanas. Hay quienes dicen que el entonces gobernador Ángel Aguirre prestó su avión para este último traslado.

Ya en prisión, a pesar de que Nestora podía conseguir un abogado privado, le consignaron un abogado de oficio, quien no apeló las acusaciones ni solicitó los amparos necesarios bajo la Ley 701 como respaldo jurídico de las detenciones. Además, a la hora de rendir su declaración preparatoria, no se informó a Nestora de su derecho a la asistencia consular, a pesar de que las autoridades eran conscientes de su ciudadanía estadounidense.

En contraste, el narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán nunca tuvo ni ha tenido problemas para comunicarse con sus múltiples abogados privados, estando también en aislamiento en un penal de máxima seguridad, y Estados Unidos ha mostrado gran interés en el caso de “El Chapo”, mientras que no ha hecho nada al respecto de la injusta detención de Nestora Salgado, una ciudadana estadounidense.

Aquí se empiezan a multiplicar las faltas al debido proceso, pues Nestora no enfrentaba causas del fuero federal sino del fuero común, por lo que no debió ser recluida en un penal federal de máxima seguridad, mucho menos en una celda de aislamiento y totalmente incomunicada.

Poco después de que Nestora llegara a la prisión federal se le iniciaron cargos federales por delincuencia organizada en la modalidad de secuestro –como para justificar tenerla ahí-, pero estas causas penales se hicieron a partir de los mismos hechos con los que se sustentaron las causas ordinarias, es decir, el presunto secuestro.

Cabe señalar que esos cargos federales fueron desestimados en marzo de 2014 por un juez que incluso ordenó la liberación de Nestora, reconociendo que había actuado legalmente como líder comunitaria, pues las detenciones realizadas por la CRAC-PC cuentan con el respaldo jurídico de la Ley 701 y no deben ser consideradas como secuestro.

A pesar de esta contundente resolución, que liberó a Nestora de los cargos federales que se le imputaban, se la mantuvo privada de su libertad en el penal federal de máxima seguridad de Tepic, todavía en aislamiento y parcialmente incomunicada.

En enero de 2015, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emitió medidas cautelares a favor de Nestora Salgado por considerar en riesgo su salud, pues padece severas neuropatías como consecuencia de un accidente automovilístico que sufrió en 2002 y en el penal de Tepic no recibía la atención médica ni el tratamiento necesarios.

A pesar de esto, Nestora permaneció recluida en el penal de Tepic, donde inició en mayo de 2015 una huelga de hambre como protesta por la violación a sus derechos. Luego de 24 días de ayuno, su salud llegó a un estado crítico, y sólo entonces fue trasladada al Centro Femenil de Readaptación Social Tepepan, para que fuera atendida en la Torre Médica, donde se encuentra privada de su libertad hasta el día de hoy.

¿De qué culpan a Nestora?

Nestora Salgado enfrenta tres causas penales por el delito de secuestro agravado. Sin embargo, a pesar de que todos los acusadores han sido citados para ratificar su denuncia, “absolutamente nadie” se ha presentado a declarar. Además, estas acusaciones ya fueron desestimadas por un tribunal federal por ser detenciones con el respaldo jurídico de la Ley 701.

Por si esto fuera poco, el tribunal le ha ido agregando periódicamente nuevas acusaciones a su caso. Aparte de las tres causas penales por secuestro, Nestora enfrenta tres órdenes de aprehensión pendientes (por secuestro agravado, por homicidio calificado y lesiones, y por robo y privación de la libertad), y también tres averiguaciones previas que pudieran desembocar en el mismo número de órdenes de aprehensión.

El pasado 29 de enero se celebraría una audiencia en la que se definiría si se anula la causa penal que enfrenta Nestora Salgado por el delito de secuestro agravado, pero ésta fue reprogramada para el 26 de febrero de 2016. Hay que aclarar que la anulación de esta causa penal no significa la libertad inmediata para Nestora, pues aún enfrenta otras dos causas penales por resolver, pero por tratarse éstas del mismo delito, al anularse la primera solo faltaría esperar a que que se desarrolle el proceso legal y acabarían por desestimarse el resto de las causas penales.

¿Ahora qué sigue?

Todavía pasará algún tiempo antes de que Nestora Salgado recupere su libertad. Una libertad que merece, pues analizando su caso encontramos infinidad de irregularidades. Una detención manchada de intereses políticos, un encarcelamiento inmerecido que viola sus derechos humanos y pone en riesgo su salud, y acusaciones exageradas con sustento sumamente endeble.

Viendo un caso como el de Nestora Salgado y el de sus compañeros de la CRAC-PC, parece que ahora en México el delito más grave es hacer justicia.

** Tinta Incógnita es un colaborador de la sección de Artículos de Opinión de Rompeviento TV. El anonimato es un juego y una pregunta: ¿qué vale más, lo que se dice o quién lo dice?

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