Gabriela Martínez
Editora en Rompeviento TV
Nuit debout o la primavera francesa
El pasado sábado Europa retumbó ante los miles de manifestantes que salieron a las calles al llamado del movimiento francés #NuitDebout (Noche en pie), en contra de la reforma laboral. Ayer, #40 de marzo (9 de abril), se llevaron a cabo movilizaciones en muchas ciudades de Francia, algunas en España, otras en Alemania. Los sindicatos estudiantiles, la Confederación General de Trabajadores (CGT) y Fuerzas Obreras (FO), son algunas de las organizaciones que convocaron a la movilización. En París, el movimiento hizo un llamado a permanecer en la plaza de la República hasta el domingo en la noche.
Nuit debout (Noche en pie) es un movimiento que surgió hace 11 días (el 31 de marzo) en Francia, en rechazo a la reforma laboral que, de acuerdo a una gran mayoría de la sociedad civil francesa, instaura condiciones de trabajo precarias.
La mayor movilización registrada hasta el viernes #39, tuvo lugar el jueves 31 de marzo en París. A ésta acudieron más de 1.2 millones de personas, según sindicatos –de acuerdo a la policía, acudieron 390 mil personas-. Desde entonces han habido movilizaciones y concentraciones en plazas públicas en numerosas ciudades francesas, tales como: Marseille, Nantes, Toulouse y Rouen.
El movimiento se ha nombrado a sí mismo así, a raíz de la toma de la plaza de la República en París, tras la movilización del jueves 31, en la que cientos de personas decidieron no regresar a sus casas sino mantenerse en pie, seguir manifestando su inconformidad y entusiasmo por un cambio. Cada madrugada, los activistas dejan la plaza para que los equipos del ayuntamiento la limpien.
A las movilizaciones han acudido un gran número de franceses: estudiantes, trabajadores, gente organizada en sindicatos y otra que no lo está. El 31 hubo una huelga general, se tomaron varias secundarias, bachilleratos y centros de trabajo. Las personas están organizándose de forma horizontal y se reivindican independientes de los partidos políticos franceses. Están inspirados por el 15M, el Occupy Wall Street y la primavera árabe. Han llevado a cabo asambleas, debates, actividades culturales, como conciertos. Han creado la “Radio debout” y la “TV debout”. En París, reciben consejos del grupo Podemos y de la organización “Derecho a la vivienda”. A la plaza de la República, un grupo de refugiados sudaneses se acerca cada noche.
La nueva ley del trabajo, fue sin duda la gota que derramó el vaso de la indignación francesa, una sociedad que considera que vale más que eso (una de las consignas que más ha resonado durante las movilizaciones). Una ley que es desaprobada por el 58 % de la sociedad, según datos del periódico Libération, pues vulnera sus derechos laborales: legaliza jornadas de trabajo de 10 horas, semanas laborales de 60, hace más vulnerables a los jóvenes que apenas ingresan al mercado laboral, entre otras cosas.
Sin embargo, los franceses son conscientes de que dicha reforma se enmarca dentro de un contexto generalizado de precarización en toda Europa. Para ellos, esta reforma es la puerta abierta a una cantidad mayor de despidos, de condiciones de vida precarias, de desigualdad y de refuerzo de los intereses privados sobre los públicos.
Las políticas anti-inmigrantes, la instauración del Estado de excepción decretado en noviembre so pretexto de los ataques terroristas en París (actualmente en vigor), así como los estrechos marcos de representación política, son otras de las razones por las cuales los franceses han dicho ¡Basta!
Los debates llevados a cabo en plazas públicas ponen de manifiesto que no protestan contra una reforma en particular sino contra un sistema político, social y económico en crisis.
Luchan por una sociedad nueva, en la que democracia, dignidad y libertad no sean palabras vacías.
Desde hace más de una semana, se ha instalado un nuevo calendario en estos territorios, se ha roto el tiempo lineal, el tiempo del progreso. Cual remembranza del 68 francés y de la Comuna de París que inició en marzo de 1871, en Francia la sociedad civil ha vuelto a rebelarse, a decidir el rumbo de su vida. Quizá Walter Benjamin tenía razón: las revoluciones son un salto del tigre al pasado.
Con información de El país, Libération y de www.nuitdebout.fr
V
Era de noche
Nos encontramos
Claro de luna
Nos alumbramos
Salario precario
Techo inseguro
No puedo dormir
Quiero vivir
Somos los más
Votemos las leyes
En las que las élites
Se sujeten a las mayorías
Y no al revés
Para ello es necesario
Ponerse de pie.
Viva la noche de pie.