Sí, señor Peña Nieto, Ayotzinapa es un caso emblemático

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J. Jesús Esquivel

Corresponsal de la revista Proceso en Washington

@JJesusEsquivel

Sí, señor Peña Nieto, Ayotzinapa es un caso emblemático

 

 

Washington – La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) puso el dedo en la llaga con su informe anual del 2015 sobre la Situación de los Derechos Humanos en México, al aclararle a Enrique Peña Nieto que sí, que la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa “es un caso emblemático” de la crisis de impunidad y de violaciones a las garantías individuales.

“Es además un ejemplo EMBLEMÁTICO de la aparente colusión entre agentes federales del Estado e integrantes del crimen organizado”, resalta la CIDH en su informe dado a conocer esta semana en Washington, que es el resultado de las investigaciones hechas durante su visita “in loco” a México, del 28 de septiembre al 2 de octubre del año pasado.

Es loable e importante la participación e intervención de la CIDH para intentar esclarecer el misterio de los 43 estudiantes de la escuela normal “Raúl Isidro Burgos”, que desaparecieron en Iguala, Guerrero, el 26 y 27 de septiembre de 2014. No olvidemos que fue gracias a las pesquisas del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la CIDH que el gobierno de Peña Nieto aceptó desmentir la “verdad histórica” del exprocurador Jesús Murillo Karam, con la cual intentó zanjar el crimen de los estudiantes de Ayotzinapa.

Abrumado, tal vez, porque hasta ahora su sexenio está marcado por la corrupción, la impunidad, la crisis de derechos humanos, el abuso de poder, el descarrilamiento económico, la devaluación del peso y el creciente control territorial del narcotráfico en el país, Peña Nieto, como Murillo Karam, intentó sacar del radar nacional el asunto de Ayotzinapa con un discurso retórico que pronunció en Guerrero. “Iguala es un municipio EMBLEMÁTICO en nuestra historia, no puede quedar marcado por esos trágicos acontecimientos”, fue la frase lapidaria con la que Peña Nieto buscó borrar de la mente nacional el caso de Ayotzinapa, durante su discurso en la visita que hizo a Iguala en la reciente conmemoración del Día de la Bandera.

En el entorno de la crisis de derechos humanos en México, es lamentable y de mucha vergüenza para el desprestigio de México a nivel internacional, que el gobierno de Peña Nieto, detrás de la firma de varios columnistas de periódicos nacionales, esté patrocinando la descalificación de los integrantes del GIEI.

De no ser por estos experimentados juristas, la mentira de Murillo Karam seguiría siendo la verdad oficial. No se hubieran reabierto las investigaciones y menos obligado al gobierno federal a por lo menos dar la impresión de que quiere aclarar el caso Ayotzinapa.

El discurso de Peña Nieto en Iguala el Día de la Bandera peca de ingenuo. Como si el presidente no estuviera al tanto de lo que ocurre en Guerrero, estado abatido por la corrupción policial y por el narcotráfico que genera graves violaciones de derechos humanos.

La desaparición de los 43 normalistas, como lo subraya el informe de la CIDH, “constituye una grave tragedia en México, así como un llamado de atención nacional e internacional sobre las desapariciones, y en particular en Guerrero”.

Escurre sangre, impunidad, lástima y corrupción de las 236 páginas que conforman el informe de la CIDH que canalizó la situación de los derechos humanos durante el tercer año de gobierno de Peña Nieto.

“México atraviesa una grave crisis de violencia y de seguridad desde hace varios años”, subraya sin el menor exabrupto la CIDH.

El órgano jurídico de la OEA compara al gobierno de Peña Nieto con el de Felipe Calderón, respecto a los resultados y consecuencias de su política militarizada de combate al narcotráfico y al crimen organizado, aspecto que tal vez cause sarampión a Los Pinos, pero que es una verdad inobjetable.

“Esta situación desató mayor violencia así como violaciones graves a los derechos humanos en las que se observa una falta de rendición de cuentas conforme a los estándares internacionales”, resume la CIDH.

La guerra contra las drogas de Calderón dejó un saldo de más de cien mil muertos y casi tres decenas de miles de desaparecidos. La de Peña Nieto, de acuerdo con la CIDH, va en el mismo tenor, por los números trágicos que arroja hasta hoy.

Incapacitado para defender el indefendible récord sobre derechos humanos de su gobierno, no sorprenda que, tal como compra las plumas de articulistas para desacreditar a los integrantes del GIEI, el gobierno de Peña Nieto lance una campaña similar sobre Rose Marie Belle Antoine, James L. Cavallaro, José de Jesús Orozco Henríquez (excluido del informe por ser mexicano), Felipe González, Rosa María Ortiz, Tracy Robinson y Paulo Vannuchi, quienes son los miembros que integran a la CIDH. Y ni qué decir de Emilio Álvarez Icaza Longoria, su Secretario Ejecutivo.

 

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