Margensur (Cultura: secretos y abusos)

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Alejandro Saldaña Rosas

Sociólogo. Profesor Investigador de la Universidad Veracruzana

Twitter: @alesal3

Cultura: secretos y abusos

 

Un pueblo que pierde la fuerza necesaria para sacudirse el yugo acaba por venerarlo

José Vasconcelos

 

 

El jueves 17 de diciembre se publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto presidencial que crea la Secretaría de Cultura; esto significa que, oficialmente, se reconoce que la cultura pertenece al mundo de los secretos (del que nunca se ha ido, pero ahora es por decreto presidencial). Porque la palabra secretaría se deriva de secreto y éste, según el cultísimo y rancio Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana (el famoso Corominas), proviene del latín “sedé-tus” y significa 'separado, aislado, remoto', 'secreto', participio de secemere 'separar, aislar', derivado de cemere 'distinguir, cerner'.

            Y prácticamente en secreto se dio el debate que concluyó con el decreto que funda la Secretaría de Cultura (SeCulta). ¿Usted conoce los argumentos para la creación de la tal secretaría? Lo poco que se sabe es que CONACULTA se transformará en la Secretaría de la Cultura, que el INAH y el INBA se regirán por sus respectivos reglamentos y disposiciones pero dependerán de la SeCulta, que Radio Educación pasará de la SEP a la nueva secretaría y poco más, muy poco más se sabe de la institución en germen.

            Que no existan argumentos suficientes o que sean tan secretos que están reservados a unos pocos iniciados, no significa que las intenciones del Ejecutivo queden en la opacidad. En efecto, las declaraciones del Secretario de Educación, el porro-fresa Aurelio Nuño, dan luz sobre los fines de Peña para la creación de la SeCul: “Es de tal demanda (el desarrollo cultural en México) que es imposible que el secretario de educación atienda la cultura, y el Conaculta no tiene la fuerza política que merece y eso va en detrimento de los mexicanos y del desarrollo armónico de la sociedad” (http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2015/12/04/defienden-nuno-y-tovar-y-de-teresa-creacion-de-secretaria-de-cultura-federal-3017.html). Como nos percatamos, los argumentos son esencialmente de índole burocrático, administrativo: la SEP no puede y a CONACULTA no le alcanza.

            Imposible separar la creación de la Secretaria de Cultura de las llamadas reformas estructurales de Peña que, como clavos en ataúd, una a una han ido remachando lo poco que quedaba del México surgido de la revolución. Instituciones fundamentales de lo que fue el país durante el siglo XX y parte del XXI están prácticamente extinguidas, o al borde del colapso: IMSS, PEMEX, CFE, la propiedad ejidal y comunal, la universidad pública, las normales rurales, por mencionar solo algunas. Toca el turno de minar a la educación y la cultura, concebidas como actividades escindidas y, por ende, sujetas a diferentes disposiciones. La Secretaría de Cultura representa la profundización de la absurda separación entre educación y cultura: se trata de acabar con el último y exiguo soplo del proyecto de José Vasconcelos.

            Es un error suponer que a Peña no le interesa la cultura. Le interesa, por supuesto, tanto que no recuerda un libro que haya marcado su vida pero “eligió” como esposa a una actriz de telenovelas, o fue ella quien ganó el casting para protagonizar el papel de esposa durante 6 años, da lo mismo. El caso es que las telenovelas son concebidas como un producto cultural, lo que me parece un exceso, un abuso, pero así lo establece la UNESCO.

            De acuerdo con el organismo internacional, el concepto de industrias creativas y culturales incluye publicidad, arquitectura, edición, videojuegos, música, cine, prensa, espectáculos, televisión y artes visuales. Acorde con esta clasificación, tan creación cultural es un poema de Silvia Tomasa Rivera como un libro de Yordi Rosado, un son jarocho de dominio popular y un éxito del Komander, una obra de teatro de Verónica Musalem y una telenovela de Juan Osorio. No estoy de acuerdo con esta taxonomía, pero así es el mundo globalizado.

            En su informe llamado “Cultural times. The first global map of cultural and creative industries”[1] publicado hace unos días, la UNESCO señala que la cultura y la creación representan el 3% del PIB mundial y generan casi 30 millones de empleos en todo el mundo. Según este estudio, las industrias culturales y creativas que más dinero generan son la televisión (US$477b), las artes visuales (US$391b) y los periódicos y revistas (US$354b). En esta liga usted puede consultar el informe completo: http://www.unesco.org/new/fileadmin/MULTIMEDIA/HQ/ERI/pdf/EY-Cultural-Times2015_Low-res.pdf. Discutible la calidad de las “creaciones culturales”, pero de que dejan dinero no cabe ninguna duda.

            Considero que en esta perspectiva debe explicarse la Secretaría de Cultura. La privatización de la cultura se finca sobre la base de la conceptualización de la cultura misma, y ésta pasa por formatos. El Estado “benefactor” financiaba proyectos para robustecer su benevolencia. El Estado neoliberal financia lo mismo, pero lo reviste con el halo de la competitividad y exige innumerables formatos para construir la legitimidad histórica de la que carece, pero que el mercado le brinda siempre y cuando rinda beneficios. De esta forma, el creador artístico o cultural está forzado a devenir en emprendedor de sí mismo, o al menos en administrador de los talentos ajenos.

            Luego entonces, que no sorprenda que la catafixia de Chabelo sea integrada al catálogo de monumentos históricos del INAH. O que la Secretaría de Cultura la presida Carmen Salinas.

[1] Tiempos Culturales . El primer mapa mundial de las industrias culturales y creativas

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Comentario 1
  • omar

    un retroceso al desarrollo humano? cuando los objetivos eran el desarrollo integral de la sociedad. A donde va la justicia,la constancia,la fortaleza,la templanza y la prudencia.? Estos políticos son solo lacayos al servicio de un rey nefasto y deshumanizado.

    Responder
    21 diciembre, 2015

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