Más descarado que el PRI, imposible

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J. Jesús Esquivel

Corresponsal de la revista Proceso en Washington

@JJesusEsquivel

 

 

 

 

 

Más descarado que el PRI, imposible 

 

 

 

 

Washington - Imaginen a Carlos Salinas de Gortari a cargo de una comisión investigadora para prevenir fraudes electorales. Aunque todo es posible en México, esto sí que sería una broma de mal gusto, una mentada de madre al enclenque sistema democrático nacional.

Algo similar resultó ser la razón por la cual Claudia Ruiz Massieu, secretaria general del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, visitó la OEA este lunes 12 de marzo.

Indignado, el partido político que vio nacer en 1988 a especialistas en sistemas computarizados de la talla de Manuel Bartlett, a gobernadores tan honestos, trabajadores e impolutos como César y Javier Duarte, Mario Villanueva Madrid, o a líderes sindicales humildes y férreos defensores de sus agremiados de la altura del histórico Fidel Velázquez, Elba Esther Gordillo y Napoleón Gómez Urrutia, entre los notables y memorables de la historia reciente, acudió al sistema interamericano para pedir que se exponga a nivel hemisférico la presunta corrupción y enriquecimiento ilícito de Ricardo Anaya Cortés, candidato presidencial de la Coalición Por México al Frente.

“Transmitimos nuestra preocupación porque un candidato a la presidencia de la república está siendo investigado por lavado de dinero, triangulación de recursos y vinculación con empresas fantasma. Situación que a nuestro parecer es un dato preocupante para todo nuestro proceso democrático”, fue lo que declaró, entre otras cosas, Ruiz Massieu al concluir su encuentro con Luis Almagro, secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA).

Si a 10 mexicanos -sin decirles quién hizo la declaración- se les pidiera que adivinaran el partido al que pertenece el candidato presidencial al que se refiere la declaración anterior, puedo apostar que por lo menos nueve responderían que al PRI.

Así de disparatada fue la asignatura de Ruiz Massieu en Washington.

La sobrina de Salinas de Gortari pidió a Almagro que difundiera entre los estados miembros de la OEA una carta y expediente que le entregó con datos de la línea de investigación que sigue la PGR sobre Anaya Cortés y su presunto involucramiento en un caso de lavado de dinero, en el que tiene que ver una empresa fantasma con la que supuestamente robó 54 millones de pesos.

No estoy defendiendo ni exculpando a Anaya Cortés, lo que expongo es la falta de autoridad moral y la hipocresía del PRI, maestro de maestros para la creación de empresas fantasma, para lavar dinero, robar al erario, y en materia de corrupción.

Ruiz Massieu corre peligro de que la saliva le caiga en el rostro.

Lamentable es a su vez que la OEA, ese organismo regional que no tiene el menor peso sobre las naciones que asocia, se preste al juego hipócrita de los priistas y su abanderado presidencial, José Antonio Meade Kuribreña.

Uno de los tradicionales columnistas de la nómina de Los Pinos y del partido en el poder, escribió este martes 13 de marzo que Ruiz Massieu se le adelantó a Anaya Cortés en su visita a la OEA.

El a su vez candidato presidencial del PAN tenía programada para el lunes 19 de marzo, en Washington, una ponencia ante dos centros académicos para hablar de las elecciones presidenciales del 1 de julio.

Menos de 24 horas después de la reunión Ruiz Massieu-Almagro, los centros académicos que organizan el evento con Anaya Cortés anunciaron que por “circunstancias inesperadas” se posponía el evento.

Regreso al columnista que escribe desde la cartera de Los Pinos:

El madruguete al que hace referencia el tecleador a sueldo partidista tendría que ver con la presunta denuncia que Anaya Cortés entregaría ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA, en la cual se autodenominaría víctima de una persecución política por parte del gobierno de Enrique Peña Nieto y la PGR.

Lo de la denuncia de Anaya ante la CIDH no era del conocimiento público para su viaje a la capital estadounidense; de Los Pinos, ¿quién sabe? Tal vez por ello el tecleador a sueldo lo afirma tajantemente.

A lo que está obligado Anaya Cortés es a presentar documentos que corroboren su inocencia que presume en el asunto de la empresa fantasma, y a explicar las razones de la postergación o suspensión de su visita a Washington.

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