Ricardo González Bernal
Coordinador del Programa Global de Protección de Article 19
Censura sin castigo
Los verdaderamente poderosos alimentan a las masas con ideología
como si fuera comida rápida mientras que ellos disfrutan
una de las delicias más escasas: la impunidad.
Naomi Klein (2003)
El asesinato es la forma más extrema de censura. Implica no sólo la violación de los derechos humanos de la víctima sino también el quebranto del derecho a saber de toda una sociedad. Impone un tenaz silencio que sólo puede ser interrumpido por la justicia.
Desde el 2006, han sido asesinados 680 periodistas debido a su labor informativa. En México, del año 2000 a la fecha, han sido asesinados 89, 19 en el estado de Veracruz. Desde que ese estado es gobernado por Javier Duarte, han sido asesinados 11 periodistas. Todos y cada uno de estos casos permanecen en absoluta impunidad.
Las cifras son aterradoras pero a veces terminan por esconder el alcance y magnitud de los efectos que ocasiona cada uno de estos casos. Las 680 personas asesinadas implican la destrucción de los círculos cercanos de amigos y colegas, así como de familias y comunidades enteras. No hay base de datos, gráficas de pay o infografía alguna que pueda retratar la devastación que produce cada una de estas historias.
Las tragedias son magnificadas de manera exponencial cuando los perpetradores no son castigados. Cuando el caso de un periodista asesinado queda impune, se multiplica una y otra vez en forma de silencio y autocensura porque nadie quiere ser el siguiente, por que nadie quiere correr con la misma suerte.
La cifra de periodistas asesinados es tan sólo la punta del iceberg. Si quisiéramos ver a detalle la situación en la que se ejerce la libertad de expresión y en particular la libertad de prensa, nos daríamos cuenta de que por cada periodista asesinado, hay un número inconmensurable de personas que fueron silenciadas con amenazas, personas que decidieron renunciar a su labor informativa, personas que tuvieron que abandonarlo todo para preservar su vida y, en algunos casos, la de sus familias.
Al revisar cada caso, nos daremos cuenta también de que la impunidad es la regla, de que casi nunca los responsables de asesinar periodistas reciben algún tipo de castigo. De acuerdo con IFEX, un conglomerado de más de 100 organizaciones especializadas en la defensa y promoción de la libertad de expresión, 9 de cada 10 casos permanecen impunes. Aunque las explicaciones del porqué de esta cifra tan escandalosa pueden variar de país en país, podríamos agruparlas en tres grandes bloques. La impunidad se presenta cuando los gobiernos no pueden proveer justicia, cuando no quieren proveer justicia y, en el peor de los casos, cuando buscan protegerse o proteger a alguien más.
El pasado 2 de noviembre se conmemoró a nivel mundial el día en contra de la impunidad en casos relacionados con el derecho a la libre expresión. Dicha conmemoración ha sido impulsada durante los últimos tres años por IFEX, con la finalidad de denunciar y tratar de romper el ciclo perverso de violencia-censura-impunidad presente en prácticamente los 5 continentes del planeta.
En esta ocasión, IFEX y las 104 organizaciones que conforman la red hacen un llamado simple y concreto: ¡No a la impunidad! No a la amnistía para los perpetradores. No a la corrupción del proceso judicial. No más paciencia para los retrasos de la justicia.
Pueden visitar el sitio de la campaña NO A LA IMPUNIDAD en: https://www.ifex.org/impunity/es/
