Viviendo un duelo

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Claudia Soriano Segoviano. Psicoterapeuta Gestalt y Psicocorporal

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Viviendo un duelo

“Sólo las personas capaces de amar intensamente pueden sufrir un gran dolor, pero esta misma necesidad de amar sirve para contrarrestar sus duelos y las cura”.

León Tolstói

El duelo es el proceso psicológico que se produce a partir de alguna pérdida. Etimológicamente significa duellum o combate y dolus–dolor, y es la reacción frente a la pérdida de algo significativo, lo cual puede ser desde una persona, la salud, un animal, una cosa, un trabajo, una relación, etc. Es una experiencia emocional humana y universal, única y dolorosa; el hecho de enfrentarse a esta pérdida se le llama elaboración de duelo y conduce a la necesidad de la adaptación a una nueva situación.

Se considera que vivir un proceso de duelo consta de 5 fases, cuya duración varía de una persona a otra. Hay personas que pueden quedarse en una de las fases por mucho tiempo, y existen también quienes lo procesan de una manera más rápida. Es absolutamente respetable el tiempo que le tome a cada quien procesar un duelo.

Si tomamos en cuenta que la mayoría de nosotros somos capaces de superar la pérdida y continuar con nuestras vidas, nos damos cuenta de que los seres humanos, por naturaleza, tenemos una gran capacidad de resiliencia. Sin embargo algunas personas lidian con el duelo por más tiempo y se sienten incapaces de llevar a cabo sus actividades cotidianas. Estas personas podrían pasar por lo que se conoce como duelo complicado y les podría beneficiar la ayuda de un profesional de salud mental y emocional, para seguir adelante.

No hay una duración “normal” de vivir un duelo, y tampoco debemos anticiparnos a que vamos a transitar por estas fases en ese orden. Las cinco etapas de vivir un duelo son:

La etapa de negación

Cuando una persona sufre una pérdida, su primera reacción es levantar sus primeros mecanismos de defensa para posponer, aunque sea mínimamente, el fuerte impacto que la noticia implica. Esta primera barrera defensiva lo lleva a decir y sentir: no quiero, no puede ser, debe de ser un error e intenta convencerse de que ha habido una equivocación.

La negación es un mecanismo de defensa que forma parte de todas las personas, y que se hace presente ante la noticia de una pérdida, y nos concede una breve tregua para ser capaces de aceptar la realidad.

La negación es un verdadero intento de amortiguar el efecto del primer impacto.

La etapa de negociar con la realidad

Esta etapa del duelo refiere a la persona al pensamiento mágico más primitivo. Aparecen entonces las ideas de poder negociar la realidad. Imaginamos que podemos hacer un trato con la vida, con dios, con el diablo o con el médico sí es la pérdida tiene que ver con la salud. La negociación es una nueva conducta defensiva que trata de evitar lo inaceptable; un canje que busca la restitución de lo perdido a cambio de modificar nuestra conducta. En su mayoría estos pactos son secretos y sólo quienes los hacen tienen conciencia de esto.

La etapa de la depresión

Cuando nos damos cuenta de que al final todos los pasos anteriores los hemos agotado y nos damos cuenta de que han fracasado en el intento de alejarnos de la realidad, es entonces cuando entramos de lleno a la tristeza, la cual en muchas ocasiones llega a ser tan profunda que se convierte en una depresión.

La depresión por lo general se presenta con sentimientos de angustia y con pensamientos negativos repetitivos, que por más que intentamos sacarlos de nuestra cabeza no lo logramos. Es importante saber que estos pensamientos no son sólo la causa de la depresión, sino también y sobre todo su consecuencia. La depresión el resultado de hacernos conscientes de lo que ya perdimos.

La etapa de la depresión puede resolverse de una manera más rápida, cuando la persona encuentra el coraje y el entorno donde pueda expresar su angustia, sus miedos y su tristeza, y pueda recibir la contención que necesita tener ante sus temores y fantasías.

Esta etapa del duelo es en donde más se quedan atoradas las personas. Y es en la medida en que podamos permitimos expresar todo lo que sentimos, lo que nos va ayudando a salir poco a poco de los síntomas depresivos.

La etapa de la ira

Cuando la persona puede ver por fin la realidad, todavía trata de rebelarse contra ella, y entonces las preguntas y los sentimientos cambian. Surgen otras preguntas: ¿por qué yo, por qué ahora?, no es justo, y entonces aparece un inmenso enojo con dios (para quienes profesan alguna religión), con el mundo y con la vida.

Hay ocasiones en las que quien está viviendo un duelo, expresa una inmensa ira que cubre todo a su alrededor; nada le parece bien, nada le conforta, y su corazón sólo siente dolor, odio y rencor. Y puede parecer contradictorio que su autoestima golpeada fuertemente por la realidad, es la que le hace darse cuenta de que lo que necesita es expresar su rabia para poder liberarse de ella.

La etapa de la aceptación

Para llegar a este momento, es necesario e importante que la persona haya tenido el acompañamiento y el tiempo necesarios para haber transitado y superado las fases anteriores. La aceptación solamente aparece cuando la persona ha podido procesar su ansiedad y su enojo, ha resuelto sus asuntos pendientes y ha podido salir de la depresión, emociones que producen una sensación de no ser capaz de seguir con su vida.

De la forma que sea que la persona ha llegado a este punto, sin importar el tiempo, el esfuerzo y las dificultades que le costó, a esta etapa se llega casi siempre muy débil y cansado. Esto se debe al esfuerzo de renunciar a una realidad que ya no existe. Sin embargo es posible ir sintiendo en el interior una paz muy anhelada y necesaria.

A las personas que están pasando por un duelo podrían resultarles útiles algunas acciones para lidiar de una manera más suave con su pérdida, por ejemplo, hablar de ella lo más posible, con la gente que les quiere y que está dispuesta a escuchar y a contener, ya que así la vamos liberando; el no hacerlo puede llevar a la persona al aislamiento.

Cuidarse mientras se vive un duelo es muy importante, comer bien, ejercitarse y descansar, ayuda a que nuestro cuerpo esté en condiciones saludables para enfrentar la situación. Y finalmente asumir, aceptar y expresar lo que sea que estamos sintiendo mientras vivimos un duelo (tristeza, frustración, ira, agotamiento, etc.), facilita que podamos transitar por él de una manera más sanadora.

Como siempre te invito a que si estás viviendo un duelo y no logras avanzar para sentirte mejor, mándame un mensaje de whatsapp al 5522558651 y platicamos, de verdad me encantará poder acompañarte.

 

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