EXPO Buitres

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Ricardo González Bernal

Coordinador del Programa Global de Protección de Article 19

@R1card0G0nzalez

EXPO Buitres

 

 

A la par del auge en el uso de las tecnologías de la información y comunicación, y de la privatización de gran parte de los servicios de inteligencia y defensa nacional en el mundo, principalmente en las democracias liberales de Occidente, ha florecido la industria del espionaje digital.

 

Regla básica del capitalismo: en donde hay demanda, hay oferta. Desde 2001, luego de los ataques del 11 de septiembre, el gobierno de los Estados Unidos se apropió del ideal tecno-optimista que veía a Internet y la digitalización de las comunicaciones como la nueva frontera a conquistar.

 

Durante los últimos 14 años, la industria se diversificó de manera igualmente rápida, equipos de videovigilancia, reconocimiento biométrico, alarmas, geolocalización y, por supuesto, los equipos para rastreo, monitoreo e intercepción de comunicaciones, que a pesar de contar con un mercado limitado a entidades de gobierno, es el más rentable de todos.

 

Veamos, por ejemplo, el caso de la empresa italiana Hacking Team, que recientemente fue objeto de una filtración masiva de correos de sus empleados que contenían información sobre sus clientes y montos de contratos. Según estas filtraciones, de 2011 a la fecha, le ha facturado un total de $773,226.64 dólares al FBI por equipo y un programa para interceptar comunicaciones. México, el principal mercado de Hacking Team en los últimos años, llegó a comprar el equivalente a $65,45440.35 dólares a través de CISEN, SEDENA, SEMAR y gobiernos estatales como Yucatán, Estado de México, Puebla, Tamaulipas, Campeche, Durango y Jalisco, a pesar de que la Constitución (Art. 16) prohíbe que entidades estatales intercepten comunicaciones.

 

El modelo de negocios de este tipo de compañías es bastante simple: llegan a un país, identifican a un socio nacional al cual utilizan para llegar a los círculos más altos de gobierno y hacen la labor de venta, presentando los resultados milagrosos que obtuvieron en otro país. Por ejemplo, hace unos años, durante la presidencia de Felipe Calderón, los vendedores de estos equipos y programa vendían a base de vender la verdadera razón del milagro colombiano de la seguridad democrática de Álvaro Uribe. Luego vinieron los de Hacking Team a vender “el equipo con el que encontraron a Bin Laden y jodieron a Saddam Hussein”.

 

Entre este tipo de compañías hay también una competencia feroz. Una investigación conjunta de Al Jazeera y The Guardian da cuenta de cómo el gobierno sudafricano financió el desarrollo de un programa de vigilancia masiva y rastreo de voz a través de VASTech, y es utilizado en ese país y en los últimos años del régimen de Gadafi en Libia y Egipto. El objetivo de VASTech era (o es) competir con las versiones de estos sistemas desarrollados por empresas estadounidenses y europeas como Gamma Corporation, del Reino Unido; y Amesys, de Francia.

 

Todas y cada una de estas compañías sostienen que sus servicios son utilizados únicamente para labores de seguridad pública, inteligencia y seguridad nacional, es más, se han jactado como industria durante varios años de no venderle a regímenes autoritarios como Corea del Norte, Siria, Sudán o Cuba. Aunque las constantes filtraciones sobre sus operaciones demuestran que no tienen empacho en vender equipo y programas a gobiernos de la calaña de Saudi Arabia o Bahrein.

 

No hay ética en este tipo de industria. Este negocio está íntimamente ligado con la muerte, con la diplomacia homicida de los Estados Unidos. Son los buitres de las guerras en contra de las drogas. La mano que mece la cuna de las ejecuciones extrajudiciales de activistas, defensores de derechos humanos y opositores políticos en Oriente Medio, Europa del Este y Asia Central.

 

Y como los buitres vuelan sobre los lugares en donde huele a muerte, este año han elegido a México para realizar la expo anual de ISS World-Latin America, la cual reúne a todas estas empresas para mostrar la vanguardia en “sistemas de soporte de inteligencia para la intercepción legal, vigilancia electrónica y recolección de ciberinteligencia”.

 

Los buitres se reunirán del 20 al 22 de octubre en el Hotel Hyatt Regency de Polanco.

 

Entre los eventos estelares de la agenda, han anunciado la presentación de las nuevas herramientas para el monitoreo de tráfico encriptado en internet y el monitoreo de las redes sociales.

 

Nada nuevo, pero cada vez más sofisticado.

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