#NoReelecciónUV (Margensur)

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Alejandro Saldaña Rosas

Sociólogo. Profesor Investigador de la Universidad Veracruzana

Twitter: @alesal3 / Facebook: Alejandro Saldaña

 

 

 

 

 

 

                                                            #NoReelecciónUV
 

 

 

 

El proceso para la designación de la rectora o el rector que encabezará a la Universidad Veracruzana los próximos cuatro años está a pocos días de concluir. De los siete aspirantes, la Junta de Gobierno designó a Rosío Córdova Plaza, Sara Ladrón de Guevara González y Jorge Manzo Denes las candidatas y el candidato a ocupar el cargo. El 30 de agosto la Junta de Gobierno comunicará su decisión, que solamente puede ir en dos sentidos: o Sara Ladrón de Guevara es reelegida o hay un relevo a través de Rosío Córdova o de Jorge Manzo.
 El nombramiento de rectora o rector en la UV es un asunto de interés nacional, no solo porque se trata de la tercera universidad pública más grande del interior del país (detrás de la U de G y de la U. De Nuevo León), sino porque Veracruz ha sido brutalmente agredido por la violencia de estado durante (al menos) los gobiernos de Fidel Herrera y particularmente en el de Javier Duarte, el patético personaje hoy en “huelga de hambre”. El saldo de estos dos sexenios es terrible: miles de asesinados, miles de desaparecidos (3600 en diez años, según datos de la propia Fiscalía), ¡dos feminicidios cada dos días en promedio durante 2016!, millonario desvío de recursos, economía estancada sino es que en retroceso, depredación ambiental en toda la entidad, etc. El estado de Veracruz ha vivido sus peores días durante los gobiernos de Fidel Herrera y sobre todo, de Javier Duarte.
 El estado está dolido, masacrado, empobrecido y durante los meses que Miguel Ángel Yunes Linares ha gobernado la tendencia no ha sido revertida, por el contrario, la violencia va a la alza. Veracruz es un estado sumido en un profundo agujero de sangre, muerte, olvido, hambre e ignorancia. Este es el escenario en el que se da el proceso de designación de rector(a) de la principal institución de educación superior en la entidad, la Universidad Veracruzana, para el periodo 2017-2021.
 La Universidad Veracruzana es quizás la principal reserva moral y ética del estado. Por supuesto que no es la única: allí están las comunidades campesinas e indígenas en defensa de su territorio y su patrimonio biocultural, los trabajadores
en resistencia contra las reformas estructurales de Peña Nieto, las Patronas y su solidaridad en acto con los migrantes, los colectivos de familiares de desaparecidos y su incansable búsqueda, entre las más importantes. 
 La UV es –o debería ser- actor central en la reconstrucción del tejido social veracruzano a partir de lo que es su quehacer cotidiano: la docencia, la investigación, la creación artística, el pensamiento, el debate de ideas. Es en la ciencia, el arte, la filosofía, la ética donde Veracruz tiene una de sus principales reservas morales, la UV. Pese a todas sus carencias, sus prácticas corporativas y charriles, su enfermiza burocracia, su paralizante centralismo, su culto al Tlatoani-Rector(a), su obsesión por la grandilocuencia y los protocolos rancios, en fin, con todos sus yerros, tics y falencias estructurales, la Universidad Veracruzana es una reserva moral –y de conocimientos, desde luego- indispensable para la reconstrucción de Veracruz. Por eso la sucesión rectoral es un asunto de interés que desborda las fronteras de la institución y del estado. Sin la UV, la reconstrucción de Veracruz es impensable, sin Veracruz, la reconstrucción de México es imposible. De ese tamaño es el reto que tienen las universidades públicas del país.
 Sin embargo, lo que debería ser un proceso en el que prive el análisis, el debate, la tolerancia y la discusión de ideas, ha sido empañado por al menos tres eventos acontecidos en días pasados:

1. La coacción y el acarreo de “entusiastas” apoyadores de la candidatura de la actual rectora Sara Ladrón de Guevara. Los recursos institucionales se han puesto al servicio de la reelección, al vil estilo del más rancio priismo. La orden a las regiones de la UV ha sido contundente y amenazante: los académicos deben manifestarse por la reelección de Sara Ladrón de Guevara. Algunos han cedido a la presión, otros simplemente han guardado silencio, temerosos de posibles represalias. Y si no ha sido por la coacción, la otra “estrategia” ha sido la promesa de algunas canonjías; en ambos casos se trata de recursos esencialmente corruptos, completamente ajenos al espíritu universitario que debería privar en todos los procesos de la institución. Usar al miedo para concitar adherencias, significa contribuir a la violencia de la que intentamos
escapar. Es claro que las formas clientelares y esencialmente corruptas provienen de Sara Ladrón de Guevara, no de Rosío Córdova ni de Jorge Manzo. Los integrantes de la Junta de Gobierno saben perfectamente bien esto, esperamos estén a la altura y actúen en consecuencia.

2. La inauguración de los cursos 2017-2018 de la Universidad Veracruzana estuvo a cargo del gobernador Yunes Linares, quien dijo: “Es un honor para el Gobernador del Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave inaugurar hoy, 14 de agosto del año 2017, siendo las 11 de la mañana con 10 minutos, declarar formalmente inaugurado este Ciclo Escolar 2017-2018 de la Universidad Veracruzana. Enhorabuena, que tengan mucho éxito” (http://www.agnveracruz.com.mx/index.php/menuveracruz/item/38209-mayl-inaugura-ciclo-escolar-2017-2018-de-la-universidad-veracruzana). La diplomacia y la cortesía tienen sus límites, y en este caso la rectora cometió un error (otro más) al postrarse (de nuevo) ante el gobernador del estado. ¿Qué obtuvo la UV de la presencia de Yunes Linares en la citada inauguración? Nada, absolutamente nada. La invitación sirvió simplemente para placear a la rectora con el gobernador, lo cual, en tiempos del proceso de designación, no es la decisión más inteligente. La comunidad universitaria sabe muy bien que Sara no distingue sumisión de diplomacia, lo cual no tendría ningún inconveniente si se tratara de un asunto exclusivamente privado y de su vida personal. El problema es que es la rectora de la UV y su increíble falta de agudeza política, su insensibilidad y su regocijo por el fatuo del poder, han costado muy caro a la institución. No olvidamos, no olvidemos, que su mansedumbre ante Javier Duarte durante más de la mitad de su rectorado es una de las causas del colapso financiero de la UV. No olvidamos, no olvidemos, que su sumisión ha sido determinante en las agresiones en contra de integrantes de la comunidad universitaria, como la del 5 de junio de 2015 en contra de ocho estudiantes; delito que sigue impune, pese a los “contundentes” comunicados que cada día 5 emiten las autoridades universitarias.  

3. Profundamente preocupante resulta la invitación que hicieron las autoridades universitarias encabezadas por Sara Ladrón de Guevara a una dinosáurica priista, Beatriz Paredes Rangel, para dar la conferencia de inauguración de la nueva licenciatura en Ciencias Políticas y Gestión Pública. La señal enviada con esta invitación es inequívoca: la reelección está quizás ya “planchada” (como se dice en los pasillos). Porque solamente desde la arrogancia de saberse reelecta se explica uno que Sara haya compartido presidium con la presidenta del PRI en tiempos de Javier Duarte. En este caso no hay el pretexto de la diplomacia puesto que Paredes Rangel no representa nada para la UV, vamos ni siquiera es una politóloga de polendas e incluso se afirma que nunca logró titularse de licenciatura. ¿Para qué invitar a un personaje de infausta memoria? Porque no olvidemos, no olvidamos, que Beatriz Paredes Rangel levantó la mano del hoy “huelguista de hambre” e incluso afirmó que “estoy segura que (Duarte) hará un buen gobierno” (https://www.alcalorpolitico.com/informacion/beatriz-paredes-segura-de-que-javier-duarte-gobernara-bien-a-veracruz-61636.html#.WZo9OK1DmRs). Nuevamente, la obtusa perspectiva política de la aún rectora vulneró a las y los universitarios. ¡Beatriz Paredes Rangel de conferencista! ¡Por favor, más respeto!
 Los tres eventos mencionados son una ominosa sombra que se cierne sobre la UV: la reelección está en marcha. Si esto sucede, se avecinan los cuatro peores años en la historia de la UV, los más oscuros, los más largos. Muchos académicos han abandonado la UV en busca de mejores opciones laborales y sobre todo, donde desplegar sus capacidades científicas, artísticas, intelectuales. Si la Junta de Gobierno se inclina por Sara Ladrón de Guevara la pesadumbre, la depresión, el desánimo, el coraje incluso, serán imposibles de superar. Cuatro larguísimos años de sobrevivencia en un ambiente académico turbio, encrespado, languideciente.
 El grito #NoReelecciónUV debe escucharse fuerte y alto. Porque ni la UV ni Veracruz merecen otros cuatro años de una dirección sin rumbo, gris, sumisa, miedosa. Confiemos en que la Junta de Gobierno será sensible y escuchará el estruendo de voces que proclaman la #NoReelecciónUV. Y si la Junta de Gobierno escucha y lee con tino los escenarios políticos y académicos por venir seguramente se decantará por la mejor propuesta para la Universidad Veracruzana, la que representa la Doctora Rosío Córdova Plaza, cuyo plan de trabajo es, por mucho, el que la UV y Veracruz requiere.

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Comentario 1
  • francisco javier chaín revuelta

    muy bien lo dicho por Alejandro Saldaña Rosas

    Responder
    21 agosto, 2017

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