La esperanza, lo último que muere

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Claudia Soriano Segoviano. Psicoterapeuta Gestalt y Psicocorporal

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La esperanza, lo último que muere

“¿Quién dijo que todo está perdido? Yo vengo a ofrecer mi corazón”

Fito Páez

Todas las personas, en diferentes momentos de nuestra vida, hemos recurrido a invocar a la esperanza para seguir caminando, en momentos en los que la vida nos presenta situaciones difíciles de afrontar. Es esa luz que brilla en los momentos de oscuridad y que nos impulsa a creer que las cosas pueden ser diferentes si así lo deseamos.

La esperanza a diferencia del optimismo es una emoción, el optimismo es una actitud, y ambas son dos enormes fortalezas psicológicas que brindan beneficios a nuestra salud física, emocional y mental. Ambas representan una mirada positiva hacia lo que viene en el futuro, simbolizan nuestro querer creer que algo bueno va a ocurrir y que las cosas mejorarán.

A veces resulta muy difícil pensar que las cosas pueden ser distintas, que nosotros podemos ser distintos, y es entonces el momento de echar mano de la esperanza. Esta surge cuando deseamos y creemos que podemos lograr algo que anhelamos.

La esperanza es una emoción, un estado de ánimo que nos presenta infinitas posibilidades, nos da fortaleza para seguir caminando cuando sentimos que todo está perdido, nos da consuelo en los momentos más difíciles ayudándonos a lidiar con ellos, incluso con los que nos parecen imposibles de sobrellevar. Si no fuera por ella, posiblemente muchos de nosotros no estaríamos vivos.

La esperanza es una inspiración que nos alienta a seguir soñando, creando y haciendo lo que está en nuestras manos para lograr todo aquello que queremos alcanzar en nuestras vidas.

Tener esperanza depende de encontrar causas permanentes y universales para que las cosas emerjan. Cuando elegimos esta manera de pensar y sentir, nos permitimos recuperarnos de las situaciones negativas de manera más rápida.

Proponernos y permitirnos sentir esperanza en nuestra vida, nos da posibilidades para obtener mejores resultados en todo lo que hacemos, nos impulsa a actuar y a tomar decisiones. La esperanza siempre está acompañada de emociones positivas como el entusiasmo, la felicidad y la confianza, y eso nos permite ser más amables y amorosos primero con nosotros mismos, y después con los demás, además de que nos facilita sentir menos estrés ante los obstáculos de la vida, los cuales vemos más fáciles de superar planteándonos metas y objetivos por alcanzar.

Etimológicamente, la palabra esperanza proviene del vocablo latín sperare que significa esperar. Es decir, cuando tenemos esperanza, esperamos que algo nuevo se produzca, porque tenemos la convicción de que eso ocurrirá. Cuando sentimos desesperanza, ya no esperamos, y nos abandonamos a un estado de indiferencia sin rumbo alguno.

Dice el refrán que la esperanza muere al último, por lo que podemos decir es una parte esencial de la vida.

Además del amor, una de las energías más poderosas que residen en nosotros es la esperanza. Viktor Frankl, médico psiquiatra y neurólogo austríaco, creador de la Logoterapia, estudió a fondo el sentimiento de esperanza, aprovechando su estancia como prisionero en un campo de concentración nazi. En sus escritos narra que de vez en cuando, los prisioneros recibían unos cupones de premio por los trabajos realizados en el campo, que podían canjear por cigarros. Dichos cigarros, a su vez, se podían canjear por raciones de sopa, lo que era un alivio dado el estado de inanición que padecían. Frankl comprobó que, cuando sus compañeros en el campo de concentración ya no cambiaban los cigarros por alimentos, mostraban una señal inequívoca de que habían perdido la esperanza y la voluntad de vivir. Una vez entrando en este estado, difícilmente se recuperaban psicológicamente, aunque no muriesen.

En terapia, la esperanza está presente tanto en el terapeuta como en la persona que recibe terapia. La persona que asiste a terapia, llega con la esperanza de cambiar lo que no le tiene satisfecho, y el terapeuta confía plenamente en que quien llega a terapia tiene toda la capacidad de modificar su realidad.

Si en tus momentos más obscuros sientes que ya no tienes esperanza busca apoyo. Seguramente quien te observa objetivamente desde fuera, puede acompañarte a ver las cosas que necesitas, para ayudarte a recuperar la esperanza. Si deseas iniciar un proceso terapéutico mándame un whatsapp al 5522558651 me encantará poder acompañarte

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