"Aquí está mi libro todo arrugado y lleno de sangre"

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Las palabras son de una estudiante de la Universidad Veracruzana, quien junto con otros siete jóvenes universitarios (cuatro mujeres, cuatro hombres) la madrugada del viernes 5 de junio fueron salvajemente golpeados por un comando paramilitar, en plena ciudad de Xalapa, a unos metros de la sede estatal del PRI. El relato de la estudiante lo escuché de viva voz en el Centro de Especialidades Médicas de Xalapa, donde siguen internados tres de sus compañeros, todos varones, con múltiples lesiones: fractura craneofacial y rotura de los dientes frontales uno de ellos, mandíbula dislocada (producto de un machetazo) otro, huesos rotos, rostros inflamados, fisuras en la cabeza, fracturas en las manos.

"Si nomás comíamos pastel en servilletas, no había platos, y teníamos un agua mineral para todos, ¿por qué nos atacaron?”

La brutal agresión ocurrió cuando los universitarios festejaban el cumpleaños de uno de ellos en una modesta casa: un cuarto pequeño con una cama, escasos muebles, un baño. Debido al poco espacio y al calor de la noche, la puerta de la vivienda estaba entreabierta.

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El ataque a los estudiantes tiene varios elementos de un alto simbolismo que hay que destacar:

a. En primer lugar, el hecho de que los palazos, machetazos, batazos y patadas fueron dirigidos casi exclusivamente a las cabezas y los rostros de los muchachos y las chicas, como si se quisiera silenciar voces, acallar protestas, obturar ideas. Lo que nos conforma como comunidad universitaria es la libertad de ideas, el derecho a disentir y debatir, la creación artística, científica y técnica, la indubitable pasión por el conocimiento, la crítica social, la propuesta política, el análisis de la realidad en todas sus dimensiones. Eso nos hace universitarios, por lo que la paliza a NUESTROS estudiantes es una agresión a la Universidad Veracruzana.

b. En segundo lugar, llama poderosamente la atención que la casa donde ocurrió el ataque está ubicada a unos cuantos metros de la sede estatal del PRI (quizás cincuenta metros, o menos). Pese a que al menos una compañera salió a la calle pidiendo ayuda a gritos, nadie fue en su auxilio. Símbolo de los tiempos que corren: la violencia llama a la puerta, oídos sordos, ojos ciegos del otro lado, en las oficinas del partido en el gobierno.

c. En tercer lugar, la parafernalia de los atacantes: equipo táctico de tipo policial, armas largas, chalecos, guantes, botas, máscaras. Uno de los agresores portaba una máscara de payaso, tal y como lo han narrado los jóvenes golpeados. A todas luces un comando paramilitar que hace de la violencia, una gracejada. La impunidad que campea en Veracruz y en México les autoriza a hacer sus “payasadas”. Y a robarse computadoras y teléfonos celulares de los estudiantes.

 

 

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El ataque debemos entenderlo en el contexto nacional y local veracruzano. La madrugada del lunes 1 de junio en Xalapa fueron quemadas parcialmente unas oficinas de SEDESOL; horas más tarde, en un módulo del INE un grupo de hombres no identificados lanzó molotovs que prendieron fuego en algunos documentos de la oficina. Presurosa, la Fiscalía General del Estado, a cargo de Luis Ángel Bravo Contreras, afirmó que tras una investigación tenían ubicados a los responsables. Su dedo acusador, que no su oficio investigador, apuntó a estudiantes de la Ex Unidad de Humanidades de la Universidad Veracruzana. Curiosamente, varios de los jóvenes atacados el viernes en la madrugada son estudiantes de facultades de humanidades: pedagogía, historia, sociología, filosofía.

En esa misma semana el diputado local por el Partido del Trabajo, Fidel Robles Guadarrama, hizo del conocimiento público un documento de la Secretaría de Seguridad Pública, encabezada por Arturo Bermúdez Zurita, en el que se señala a varias personas como “desestabilizadores de elecciones”. El documento, titulado “Avance del Proceso Electoral Federal. Veracruz 2015”, es en realidad una lista negra de ciudadanos en la que aparecemos, entre otros, Mayra Ledesma (mi compañera) y yo. Desde este espacio reitero que ni Mayra, ni yo ni ninguno de los compañeros de la lista negra somos desestabilizadores de elecciones. Somos ciudadanos que ejercemos nuestros derechos constitucionales, nada más.

El ataque a nuestros estudiantes –y a todos los universitarios- ocurre en un estado signado por los secuestros, las extorsiones, las amenazas, el desfalco financiero, la crisis en el campo, el desastre en el medio ambiente, la violencia sistemática contra las mujeres (no sólo feminicidios), los asesinatos de periodistas (Regina Martínez, entre muchos otros), la inmensa corrupción, la putrefacción institucional, la impunidad absoluta. Veracruz, gobernado por el “nuevo PRI” de Javier Duarte de Ochoa (sí, el admirador del “Generalísimo” Francisco Franco), está sumido en una crisis muy profunda de la que sólo saldrá con la participación social, con la movilización política, con la organización de todos los veracruzanos, con el pensamiento y la sensibilidad de nuestros jóvenes.

La salud de los estudiantes golpeados sigue siendo muy precaria. La atención en el Centro de Especialidades Médicas de Xalapa muy deficiente por cuanto han negado a los familiares los expedientes médicos de los muchachos, a los que tienen derecho. La tarde del domingo 7 de junio los familiares han decidido trasladar a los tres estudiantes a un hospital privado, toda vez que están inconformes con la atención médica; además, hay una sombra de inquietud porque al parecer es el gobierno de Javier Duarte el que ha asumido los gastos hospitalarios. Y quien ha ordenado que no se traslade a los chicos.

La exigencia de familiares, académicos, estudiantes y trabajadores universitarios es que sea la Universidad Veracruzana la que se haga responsable de los gastos médicos, legales y psicológicos de los lesionados. Doctora Sara Ladrón de Guevara, rectora de la UV, le pregunto: ¿va usted a colaborar en limpiar de sangre los libros de nuestros jóvenes o prefiere alinearse con los dueños del garrote?

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Comentario 1
  • Erento

    A quien se le cree , la Rectora dice que solo uno de los que están en el hospital es alumno , los otros son ex alumnos , están los datos . Por otra parte siempre quien agrede será agredido , quien actúa con violencia será violentado

    Responder
    9 junio, 2015

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