El modelo carretero que se quiere imponer en el estado de Morelos ha derivado recientemente en dos situaciones dramáticas de enormes desastres ambientales y pérdida de vidas humanas: el socavón en la carretera México-Acapulco y la ampliación de la autopista La Pera-Cuautla, que devastó 2 mil setecientos árboles afectando al corredor biológico del Chichinautzin, al Parque Nacional del Tepozteco, y el despojo de tierras por parte de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) a pobladores de esa comunidad.
¿En dónde está el gobernador de Morelos, Graco Ramírez? ¿Por qué siguen en sus puestos las autoridades de Protección Civil municipal y estatal que no fueron capaces de haber prevenido semejante situación?
Acompaña en esta reflexión a Pietro Ameglio, profesor de la UNAM, miembro de SERPAJ-Morelos y del por la Paz con Justicia y Dignidad.