Jugar con la imaginación: Xalapa 2026 (Margensur)

  • 0

Alejandro Saldaña Rosas
Sociólogo. Profesor Investigador de la Universidad Veracruzana
Twitter: @alesal3 / Facebook: Compa Saldaña

 

 

Jugar con la imaginación: Xalapa 2026

 

Estamos en el año 2026, a pocos días de las elecciones municipales. Es muy difícil que alguien pueda derrotar a la candidata María Eugenia López, destacada integrante del movimiento feminista y líder de la cooperativa Huertas Urbanas de Xalapa, la HUX, que tal vez no sea la más grande, pero sí la mejor organizada de la ciudad. Maru, como cariñosamente se le llama, se ha comprometido a dar continuidad al proyecto de transformación democrática de la ciudad. En realidad la transformación ha sido en toda la zona metropolitana de Xalapa que incluye a los municipios de Banderilla, Coatepec, Rafael Lucio, San Andrés Tlalnehuayocan, Jilotepec y Emiliano Zapata. Así como Maru, en los otros municipios hay candidatas y candidatos que se han propuesto profundizar la transformación de esta gran zona metropolitana. Se augura triunfen, dado los resultados de los y las alcaldes precedentes.

            Poco más de un millón de personas han visto la transformación de esta región del estado de Veracruz en muy pocos años: apenas ocho. Si bien hay muchos pendientes (cerrar aún más la brecha de la desigualdad, el más urgente), es evidente que las transformaciones de Xalapa iniciadas en el año 2018 han dado exitosos resultados en diversos ámbitos: movilidad urbana, seguridad ciudadana, cultura, turismo, salud, entre muchos otros, pero sin duda el más importante es el eje de la toma decisiones: la ciudadanía organizada en barrios y colonias es quien determina y orienta los proyectos, las inversiones, la obra pública. El empoderamiento ciudadano ha sido un factor decisivo para el éxito de la gran transformación de lo que se llama en México (y allende las fronteras nacionales) el “modelo xalapeño”, o “modelo chilero”, como agria y estérilmente critican sus obtusos detractores.

            Es difícil establecer con precisión cuáles han sido los factores detonantes del éxito del “modelo xalapeño”: para algunos es la movilidad, para otros la seguridad, para muchos la agricultura urbana, la perspectiva de género es otra respuesta, algunos más afirman que la apuesta por la sostenibilidad es el resorte que ha catapultado el gran cambio en la metrópoli y hay quien señala que la clave está en que los Centros Comunitarios de Barrio (los CCB) han derivado en comunidades de aprendizaje con alta capacidad de autogestión.

            La explicación más plausible es que el éxito del modelo es multifactorial y perfectamente enraizado en las estructuras y redes comunitarias que lo sostienen: los Centros Comunitarios de Barrio, las organizaciones feministas, los colegios de profesionales, las asociaciones de transportistas, los emprendimientos artísticos y culturales, los colectivos ciudadanos de co-gobierno en materia de energía, agua, desechos sólidos, etc. La organización autogestiva de las y los xalapeños es uno de los bastiones de la transformación de la ciudad, quizás el más importante.

            Apostar por el transporte colectivamente responsable sin duda alguna fue una de las mejores decisiones de las pasadas administraciones. Desalentar el uso del automóvil y estimular la movilidad peatonal, en bicicleta y en transporte público ha dado evidentes resultados. Quizás en un exceso de entusiasmo hay quien afirma que Xalapa se parece cada vez más a Ginebra “en donde puedes viajar en el bus al lado del presidente del Credit Suisse”. En Xalapa no es para tanto, pero si es frecuente viajar al lado del Rector de la UV (elegido en votación democrática) quien usa el Metrobús a veces porque prefiere llegar en bicicleta a la oficina.

            Se equivocaron radicalmente quienes pronosticaron que Xalapa jamás sería una “ciudad bicicletera”. En Xalapa pedalean estudiantes, empleados y académicos de la UV, del Tec de Xalapa, de la UX o de la Anáhuac, entre otras instituciones. Xalapa es una ciudad bicicletera por derecho propio. Y no faltan los pasados de entusiasmo que dicen que Xalapa se ha transformado en la “Ámsterdam de México”. Desgraciadamente no es así: falta mucho para que Xalapa sea equiparable a la capital de Holanda, pero por algo se empieza.

            El problema de las pesadas cuestas se resolvió gracias a un ingenioso invento de cuatro jóvenes estudiantes: dos de ingeniería en energía, dos de artes digitales (nuevas carreras de la UV). Los cuatro, junto con otros usuarios, desarrollaron el ahora mundialmente conocido “Xalapa Road”.

            Su concepto fue sencillo: si el ciclista no puede pedalear, que la calle lo empuje. Con diversas fuentes de energía (solar, cinética, básicamente) crearon una suerte de “piso movible” que facilita al ciclista ascender las cuestas más empinadas. Su patente comienza a ser comercializada en al menos treinta ciudades: San Francisco, Tunja, Manizales y La Paz, entre otras. Lo que parecía un sueño endeble, es hoy una realidad tangible: en Xalapa, la calle se mueve.

            Este desarrollo tecnológico es uno de los muchos que ha posibilitado el ecosistema de innovación que ha hecho a la ciudad punta de lanza en creatividad e innovación verde en el mundo. Desde el año 2018 en Xalapa se impulsó con determinación una economía de inclusión con innovación basada en cuatro ejes: las empresas creativas y culturales, el turismo, la agricultura urbana y el diseño de software. Esta decisión estratégica se ha traducido en un detonante para las empresas locales y para los inversionistas que quieran invertir con absoluta transparencia, equidad, ética y responsabilidad social. Muchos no se animaron, pero los que lo hicieron no se arrepienten.

            Las empresas creativas y culturales (emprendimientos locales) han tomado por asalto la ciudad: el teatro, la música, las exposiciones, los festivales se desarrollan en todas las calles y esquinas de Xalapa: de lo más hard a lo más fresa y no hay problema alguno. Xalapa tiembla de emoción, de alegría y proyectos desmedidos resultado de los co-working realizados entre artistas, empresarios, académicos, científicos y estudiantes que han hecho de esta experiencia su razón de vida. El proyecto Xalapa-Manizales-Cali es especialmente significativo porque permite apreciar que durante siete días artistas, empresarios, académicos y ciudadanos se dan cita en Xalapa para hacer de la capital de Veracruz el principal nudo de proyectos de transformación democrático en la entidad. Y luego hay que ir a Manizales y a Cali: visita recíproca.

            El festival 1x1 (arte urbano en todas sus manifestaciones) es una grata combinación de hip hop, circo callejero, poesía urbana, literatura de bar, performance, iluminARTE (arte con luz, pirotecnia incluida), son jarocho, jazz y danza que convoca a artistas dispuestos a experimentar en extremo y que son bienvenidos, siempre y cuando compartan sus saberes en los talleres que se realizan en los Centros Comunitarios de Barrio.

            Los Centros Comunitarios de Barrio (CCB) son la estructura básica en la que se asienta la transformación de la ciudad. Allí se imparte capacitación en diversos oficios: carpintería, fontanería, agricultura, publicidad; hay cursos de inglés, cocina, gestión de redes sociales, entre otros. También allí se organizan las actividades deportivas de la colonia (la Luz del Barrio está por estrenar alberca comunitaria semiolímpica), la atención a las personas con capacidades diferentes, los cursos para las personas de la tercera edad, la biblioteca y los talleres de barrio, las clases de zumba, salsa, cumbia y yoga, los círculos de tareas y las competencias de box, fútbol y béisbol: sin los CCB la transformación de Xalapa sería impensable. Sin los CCB la agricultura en la ciudad tal vez sería impensable.

            La producción urbana de alimentos ha llegado a todos los barrios de la ciudad, lo que significa que la pobreza alimentaria ha sido completamente erradicada de Xalapa. La agricultura urbana genera miles de empleos en una cadena productiva que va desde la preparación de los terrenos con abonos orgánicos producidos en los centros de composteo, la siembra y cuidado de los cultivos, los sistemas de riego por goteo, los huertos verticales (reusando materiales, PET entre otros), la distribución (principalmente local), la creación de software para la gestión de todo el proceso, hasta el consumo en los mercados y restaurantes de la ciudad. Aun más, el complejo y muy bien organizado sistema de huertos urbanos que hay en barrios, escuelas, camellones, parques, lotes (antes baldíos) se ha convertido en uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad: en el año 2025 llegaron más de un millón de visitantes que acudieron a aprender de la experiencia “chilera” y a comer los sofisticados guisados de la llamada Nueva Cocina Mexicana (hecha con productos orgánicos), de la que el Centro Cultural del Maíz y el Chile (que inició como un modesto museo) es el corazón.

            Xalapa es el núcleo básico de la Nueva Cocina Mexicana: orgánica, sustentable, picosa, elegante y con una creatividad nunca antes imaginada. En el Centro Cultural del Maíz y el Chile no sólo hay exhibición de especies y variedades poco conocidas, sino también degustaciones raras, exploración de sabores desconocidos, fandango urbano, aromas que apenas se adivinan, teatro del absurdo digerido, o empujado apenas. Difícil explicar el origen de los humores, los colores y el rescoldo que deja la primera bocanada de la Nueva Cocina Mexicana, de estirpe xalapeña.

            La transformación de la ciudad es evidente, sobre todo si se comparan fotografías aéreas de años anteriores (2016-17) con actuales: Xalapa es más verde. No es casual ni azaroso: en lugar de construir fraccionamientos invadiendo áreas protegidas, las políticas públicas han frenado la expansión urbana promoviendo una suerte de repoblamiento “hacia adentro” con estricta reglamentación en materia urbana. La cosecha de lluvia y las azoteas verdes están reglamentadas y poco a poco la ciudad ha comenzado a reverdecer. Inclusive el archipiélago de bosques y selvas de la región Xalapa se ha expandido, gracias, entre otros factores, a la limpieza de los ríos y cuerpos de agua. El Sedeño, el Carneros y hasta el río Sordo están razonablemente limpios; la expectativa es que en el año 2030 estén completamente rehabilitados. Asimismo, la zona de Los Lagos es otra: el color “verde radioactivo” del agua es un triste recuerdo de la decadencia de los corruptos gobiernos priistas, cuyo fin llegó en el año 2017.

            La ciudad puede preciarse de que cambió radicalmente. Y la fecha exacta del cambio es el 4 de junio de 2017. Ese día, la ciudad y el futuro cambiaron. Ese día ganó Hipólito Rodríguez Herrero.

 

Los sueños
Atrás Los sueños
Nombran a mujer nahua como vocera indígena para contender por la presidencia en 2018
Siguiente Nombran a mujer nahua como vocera indígena para contender por la presidencia en 2018
Entradas Relacionadas

Escribir comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *