J. Jesús Esquivel
Corresponsal de la revista Proceso en Washington
@JJesusEsquivel
Radio Pacífica y el emperador Trump
Washington – Nunca, de acuerdo con los historiadores de este país, se había generado tanta animadversión hacia un presidente de los Estados Unidos como la generada por Donald Trump, especialmente entre los afroamericanos.
La marcha de las mujeres en contra de Trump, celebrada en Washington D.C. un día después de su toma de posesión y con reciprocidad en otras ciudades de los 50 estados de la Unión Americana y en el extranjero, puso de manifiesto el encono cívico que genera el presidente.
Narcisista, como es, Trump ningunea a las manifestaciones que en su contra se registran todos los días; aunque ya no multitudinarias como la primera, las protestas se mantienen vigentes.
No obstante, se debe reconocer que las mujeres que salieron a expresar su repudio a Trump, de todos los ámbitos sociales y de todas las etnias, son corresponsables de la ascensión del nuevo mandatario porque no salieron a votar como se esperaba en los comicios de noviembre. Lo mismo los afroamericanos, latinos o hispanos que ahora se sienten agraviados y amenazados por las políticas discriminatorias y aislacionistas que Trump ya comenzó a implementar por medio de órdenes ejecutivas en apenas dos semanas en la Casa Blanca.
Trump ya puso de cabeza al mundo y amenaza con sacudirlo de afuera hacia adentro en cualquier momento. No hay duda, Trump actúa como emperador y la mayoría de sus gobernados lo vomitan.
Impopular como es y arrogante por naturaleza, el nuevo presidente de Estados Unidos es un tema de todos los días en la vida cotidiana entre los afroamericanos, por lo menos en lo que va de su mandato.
Como ejercicio para intentar entender a la sociedad estadunidense, a la cual pensé conocer en mis casi 29 años de trabajo como corresponsal mexicano en Washington, y que me demostró que no con la elección de Trump, desde hace más de un mes me convertí en ferviente radioescucha de Radio Pacífica, WPFW, en el 89.3 de la Frecuencia Modulada de la capital estadunidense.
Esta estación de radio, que justo ahora cumple 40 años desde su fundación, es un foro para la voz de la comunidad afroamericana y de vez en cuando de los hispanos. Aderezada con jazz y blues, entre cada programa Radio Pacífica pareciera ser la banca de un parque en domingo, donde las personas se juntan para compartir sus cuitas y hablar de lo que pueden hacer para ayudarse unas a otras.
Desde que Trump ganó la presidencia, en Radio Pacífica se creó un segmento titulado “el minuto de Barack Obama”. Son de llamar la atención el título y el segmento, porque, aunque de raza negra como la mayoría de la audiencia de Radio Pacífica, el expresidente Obama no fue tan popular como se pensaba entre los afroamericanos. Sin embargo, lo que Trump representa como amenaza por sus políticas sociales, judiciales, migratorias y fiscales, hace que en Radio Pacífica ya extrañen a Obama y lo quieran venerar y recordar con un minuto, todos los días, a las 10 de la mañana, reproduciendo fragmentos de sus discursos.
Las llamadas telefónicas a los programas de Radio Pacífica es lo que más me llama la atención. En su mayoría son expresiones de miedo a Trump. Los radioescuchas piden a los conductores que organicen foros y marchas, todos los días, para que su voz sea escuchada en la Casa Blanca, pero sobre todo en el Capitolio.
“Quiere criminalizar a los pobres”, denunció una mujer en una llamada a un programa de las 7 de la noche del martes pasado, minutos antes de que Trump anunciara la nominación de Neil Gorsuch como juez de la Suprema Corte de Justicia.
“Debemos generar un movimiento que sacuda al Congreso para que obligue a Trump a dimitir. Se necesita estar ciego para no darse cuenta de que es un presidente odiado por la mayoría, o por lo menos por nosotros los negros”, sentenció la señora de nombre Pamela, en su llamada a Radio Pacífica. Y así, de similar tenor son las llamadas que recibe la radiodifusora.
¿Hasta dónde llegará y que logrará la sociedad que rechaza a Trump si sigue manifestándose como lo hizo el 21 de enero? Imposible saberlo, y menos yo. Lo que puedo augurar es que nadie, aunque tarde, está dispuesto a quedarse quieto frente al imperialismo del multimillonario que duerme en la Casa Blanca.
