Los muros del miedo, la unidad de la infamia (Margensur)

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Alejandro Saldaña Rosas
Sociólogo. Profesor Investigador de la Universidad Veracruzana
Twitter: @alesal3 / Facebook: Compa Saldaña

 

 

 

Los muros del miedo, la unidad de la infamia

 

Lo terrible no es lo que imaginamos como tal: está siempre en lo más sencillo, en lo que tenemos más al alcance de la mano y en lo que vivimos con mayor angustia y que viene a ser incomunicable por dos razones: una, cierto pudor del sufrimiento para expresarse; otra la inverosimilitud: que no sabemos demostrar que aquello sea espantosamente cierto.

José Revueltas. Los muros de agua

 

 

El muro de Trump nos obliga a mirar que lo terrible “está siempre en lo más sencillo, en lo que tenemos más al alcance de la mano”, como escribió José Revueltas en su libro Los muros de agua, luego de su detención en las Islas Marías en 1932-34.

            Dejemos de ver el muro de Trump y miremos nuestros propios muros, los que están al alcance de la mano y cuya proximidad y hasta familiaridad les dotan de un halo de “normalidad” en la que fecundan los miedos más terribles. Los muros que separan y estigmatizan a millones de personas en México hacen que los llamados a la “unidad nacional” sean, en realidad, una convocatoria al reforzamiento de la exclusión, a la unidad de la infamia. La propuesta es, simplemente, inaceptable.

            El miedo que se produce en las instituciones levanta muros, tanto reales como simbólicos. Ahí está el miedo y sus muros: desde los fraccionamientos residenciales dotados de enormes bardas y vigilancia continua hasta las playas privadas de los grandes hoteles, pasando por las brutales y sutiles prohibiciones para ingresar a restaurantes, antros o colegios. México es un país cercado por dentro, dividido en su interior, cercenado en trozos, alejado de sí mismo. Muros que se yerguen pretendiendo demostrar que los incluidos tienen estatus, piel blanca, ropas finas, gusto y privilegios y que en realidad evidencian los miedos que los corroen. Sus muros sudan miedo.

            Clasismo, racismo, sexismo, homofobia, son algunos de los miedos más “al alcance de la mano”, cercanos y familiares, y por ello terriblemente poderosos: se han normalizado a través del lenguaje, las bromas, el sentido común (que de común no tiene absolutamente nada), la banalización de la injusticia (como escribe Christophe Dejours), el “no exageres”. A los indios, los prietos, los nacos, los “maricones”, las “feminazis”, los pobres, los punks, los negros, los feos, los gordos, los chairos, los rebeldes, las “chachas”, los marginados, los guatemaltecos, los oaxacos, los hondureños, los discapacitados, los haitianos, los otros, los perdedores, los diferentes, los sin nombre, los sin rostro, los olvidados de siempre, los anónimos, los que de importante no tienen nada, los prescindibles… a esos hay que dejarlos fuera de los muros: que no se mezclen, que no se confundan, mucho menos que se integren y, sobre todo, lo más importante, que no contagien. El México VIP necesita muros para ocultar su miedo al contagio.

            Algunas breves, pequeñísimas viñetas de los muros que sudan miedo, las constatamos en escuelas, antros y en el sistema de impartición de “justicia”. En escuelas privadas la discriminación está institucionalizada, como lo podemos leer en el siguiente reportaje de VICE News, titulado “Papás y niños bonitos: así se discrimina en algunas escuelas privadas de México”: https://news.vice.com/es/article/papas-ricos-ninos-bonitos-discrimina-escuelas-privadas-mexico

            En el mismo medio se publicó otro reportaje sobre discriminación, esta vez en antros, cuyo título no deja lugar a dudas: “La gente es como la basura: hay que separarla. Cadeneros de antros en México”. https://news.vice.com/es/article/gente-como-basura-separarla-cadeneros-antros-mexico

            ¡Qué miedo le tienen al Doctor Mireles que el muro de la justicia venal lo tiene en prisión! ¡Qué miedo les dan los zapatistas que el muro de las leyes mantiene a los Acuerdos de San Andrés como letra muerta!

            Los muros del miedo cercan a México por dentro, desde abajo, en lo más profundo, en lo más antiguo. Muros de miedo y piedra, de miedo y leyes, de miedo e ignorancia, de miedo y prejuicios. En un país acorralado por el miedo, el llamado de Peña a la “unidad nacional” es una total infamia.

            Imposible, inaceptable, impensable “unirnos” con Peña cuando la impunidad y el cinismo campean. La lista es larga, muy larga y dolorosa: Atenco, Ayotzinapa, Casa Blanca, Tlatlaya, Tanhuato, Nochixtlán, Mireles, gasolinazos (el 4, 11 y 18 de febrero se anuncian los siguientes), más de 30 mil desaparecidos, más de 100 mil asesinados, desapariciones forzadas, feminicidios, Javier Duarte, César Duarte, Roberto Borge, Rodrigo Medina, y un largo etcétera.

            Inaceptable la “unidad nacional” promovida desde el púlpito por Norberto Rivera, confesor de delincuentes VIP, protector de curas pederastas y quien pide que el Señor “ilumine” a Peña: http://www.antenanoticias.com.mx/cardenal-norberto-rivera-condena-muro-y-dedica-misa-a-la-unidad-nacional/

            Inaceptable el llamado a la “unidad nacional” y al respaldo de Enrique Peña Nieto hecho por Carlos Slim, voraz multimillonario en un país brutalmente empobrecido. Dice Slim “yo no veo riesgo”… ¿y cómo verlo con una fortuna de miles de millones de dólares? http://www.imagenradio.com.mx/hoy-la-unidad-nacional-es-muy-importante-para-mexico-carlos-slim

            Inaceptable el llamado a la “unidad nacional” convocada por funcionarios y empresarios que se han enriquecido a costillas de nosotros. Y lo seguirán haciendo con los gasolinazos anunciados para los próximos días. Y con el aumento al gas, la electricidad, etc.

            Convocada desde el poder político, la iglesia y el poder económico, la “unidad nacional” expele un tufo a miedo de perder privilegios que resulta francamente sospechoso. Es un llamado a preservar el status quo, es decir, a fortalecer los muros del miedo y, por ello, es una convocatoria a la unidad de la infamia.

            Inaceptable la unidad nacional para fortalecer los muros que nos separan. Bienvenida la unidad para derribar los muros internos, los muros del miedo. Al tiempo que enfrentamos a Trump, enfrentamos a Peña y lo que representa.

 

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