Rusia despenaliza la violencia doméstica
Por Ana Flores
La Asamblea Legislativa de Rusia aprobó una ley que no considera las agresiones en el ámbito familiar como un delito, siempre y cuando éstas no dañen la salud de la víctima ni los agresores reincidan en esta conducta.
Hoy fue aprobada dicha ley, donde se señala que los ataques no serán perseguidos de oficio y sí las víctimas quieren denunciar deberán conseguir, por su cuenta, las pruebas necesarias para demostrar la agresión. Por otro lado, si son declarados culpables, pagarán una multa de 500 dólares o 15 días de cárcel, mientras que la actual ley criminaliza este tipo de violencia con hasta dos años de prisión.
La ley no sólo es defendida por los sectores más conservadores sino también por la Iglesia Ortodoxa, misma que busca “preservar los valores tradicionales” y ha incrementado su influencia en la sociedad desde el arribo de Putin a la presidencia rusa. Algunos ciudadanos se refieren a ella como “la ley de las bofetadas”.
El mandato establece que las agresiones que causen dolor físico y produzcan moretones o arañazos a las víctimas, serán consideradas como delito. Si el agresor vuelve a atacar a la víctima, será procesado por la vía penal y castigado con cárcel.
La legislación inició con la propuesta de dos diputadas y dos senadoras del partido Rusia Unida, al que pertenece el presidente Vladímir Putin. Las impulsoras de la ley argumentan que tan sólo buscan despenalizar la violencia que no ocasione daño a la salud de las víctimas.
La principal promotora es la diputada ultraconservadora, y presidenta del Comité por la Familia y los Asuntos Femeninos, Yelena Mizulina, quien ha fomentado la preservación de los principios familiares e incita a los rusos a alejarse de los “valores occidentales”, como la homosexualidad, el aborto y el divorcio.
Yelena Mizulina, en varios debates, afirmó: “Nadie quiere que se detenga a alguien durante dos años y quede etiquetado como criminal por el resto de su vida por una simple cachetada”.
Según algunas encuestas realizadas, casi un 60% de los rusos respaldan una reducción en la pena imputada por conflictos menores en el ámbito familiar.
El presidente del Parlamento ruso, Viacheslav Volodin, consideró inaceptable la preocupación por parte del Consejo de Europa, que dirigió a ambas cámaras una carta donde manifiesta su inquietud ante la legislación.
El Ministerio Interior ruso difundió en 2008 algunos datos que mostraron que entre 12,000 y 14,000 mujeres mueren todos los años a manos de sus parejas.
