El genial Peña Nieto (Primera parte)

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Miguel Ángel Montoya

Consultor independiente, analista económico  y asesor parlamentario

@miangel_montoya

 

 

 

 

El genial Peña Nieto

(primera parte)

 

A contrasentido de lo que millones de mexicanos piensan o perciben casi al unísono, podría asegurar que Enrique Peña Nieto, a pesar de sí mismo, es un genio. Bueno tal vez él no, pero sí sus estrategas, que son todo menos unos improvisados. Cuando el presidente terminó de dirigir su mensaje a la Nación la noche del pasado 5 de enero había logrado el objetivo deseado; uno de los primeros tweets en reacción instantánea a la parte más agraviante de ese mensaje lo confirmaría: -“¿Qué hubieran hecho ustedes?”… -¿Pero quién diablos le hace sus discursos?”, preguntó indignada una usuaria de redes sociales y a quien me atrevo a responder que seguramente se trata de un despacho muy ligado a las empresas petroleras cuyos intereses defiende Peña Nieto.

 

La zanahoria estaba puesta en el granero y todos cayeron en el garlito. Miles de cibernautas convirtieron esa pregunta -aparentemente torpe e insensible- en una tendencia viral, y uno a uno en cascada fueron cayendo, lo mismo intelectuales orgánicos que analistas independientes, lo mismo diputados y senadores que aguerridos ciudadanos apartidistas, líderes opositores (morales y amorales, pactistas y no pactistas) y hasta representantes de cámaras empresariales colocados en el lugar donde los furtivos estrategas del presidente los querían tener.

 

Había que decir una desfachatada estupidez lo suficientemente llamativa y distractora como para tener a toda la inteligencia crítica de este país concentrada en dar respuesta a la provocadora y calculada pregunta del presidente y así blindar eficazmente el conjunto articulado de mentiras con las que justificó la agresión a sus gobernados.

 

Fue así que se volvió más importante el cómo y no el qué; el debate de la solución se tornó más importante que el cuestionar si las disyuntivas planteadas eran un falso dilema. ¿La Seguridad Social o el subsidio a la “Magna”? ¿El Seguro Popular o el subsidio al diésel? ¿Los programas sociales o el subsidio a la “Premium”? ¿Quién dice que no es eficaz la oficina de comunicación de la presidencia? Porque a todos los receptores del mensaje se les olvidó –en primer lugar- que las gasolinas no están subsidiadas desde el año 2015 y además lograron sembrar y multiplicar la percepción de que de no incrementar el precio de las gasolinas, México se instalaría en una especie de “periodo especial” cubano.

 

La simplicidad con la que se mezclan y se emplean algunos términos –que por sí mismos son complejos- abona también a la confusión y a cimentar la cadena de mentiras del gobierno. Porque no es lo mismo hablar de eliminar un subsidio que hablar de eliminar el control de un precio. Son conceptos muy diferentes. Un gobierno puede quitar el subsidio a un producto y seguir controlando su precio y eso es lo que sucedía con las gasolinas en México desde el 1ro de enero del 2015[1]. Se puede eliminar el subsidio para aliviar las finanzas públicas pero se mantiene el control porque el precio de la gasolina es fundamental para garantizar la estabilidad de los otros precios.

 

El reciente incremento del pasado 1 de enero de 2017 y los que se presenten los días 4, 11 y 18 de febrero están dirigidos a eliminar en forma definitiva el control del precio y esa eliminación está relacionada con un esquema de ganancias inmediatas y extraordinarias que necesitan las nuevas empresas beneficiarias de la reforma energética. Es menester recordar que el proceso de eliminación del subsidio había comenzado en 2008 con el gobierno de Felipe Calderón donde cada mes se daba un incremento al precio. Esa gradualidad continuó durante los dos primeros años de Peña Nieto hasta que con el incremento del 1.95% en enero de 2015 el subsidio a las gasolinas se eliminó por completo.

 

Se necesita mucha habilidad para hacer que a los inconformes ilustrados, a los detractores y críticos de Peña Nieto se les pasara de noche una mentira tan flagrante como la de “mantener un precio artificial de la gasolina en 2017 –como el que teníamos en diciembre- habría significado un gasto adicional de más de 200 mil millones de pesos”.[2] Esa no es cualquier mentira, es la mentira eje sobre la cual tendrían que articularse cuidadosa y ordenadamente las otras flagrantes mentiras del “gasolinazo”:

 

“En el último año el precio del petróleo aumentó cerca de 60 por ciento. Esto, a su vez, ha aumentado el precio internacional de la gasolina;este ajuste no se debe a la Reforma Energética ni tampoco a un aumento en los impuestos”; “el gobierno no recibirá ni un centavo más de impuestos por este incremento”; “lo primero que hicimos antes de tomar esta medida, fue recortar el gasto del propio Gobierno de la República en casi 190 mil millones de pesos”.[3]

 

Desmentir de tajo que las gasolinas permanecen subsidiadas hubiera desmoronado el conjunto de las otras mentiras y hubiera trasladado al centro de la discusión si esos 200 mil millones de pesos será el tamaño del despojo a los mexicanos en este año, porque esa cantidad o la que resulte de los gasolinazos será una transferencia directa del bolsillo de la población al bolsillo de los privados. Se trata de la manifestación de la reforma energética en su forma más nítida y descarnada. Nunca como ahora la opresión y el abuso que ejercen las grandes compañías nacionales y transnacionales contra los ciudadanos podía quedar de manifiesta por el gasolinazo. De lo que se trataba era de ocultarle a un amplio sector de la población que la disminución sustantiva del poder adquisitivo que volverá a padecer a partir del 2017 se deberá a la proliferación de las nuevas compañías beneficiarias de la reforma energética.

 

Pero en estos tiempos de ira y decepción quién se resiste a insultar a Peña Nieto y más si es bajo su propio auspicio y convocatoria. Es así que con malicia deslizaron el cebo en forma de interrogante: ¿Qué hubieran hecho ustedes? Pregunta fácil de responder porque no se necesita ser un economista calificado para espetarle al presidente a la manera de Bill Clinton: “¡Es la corrupción idiota, es la corrupción!”; y el expediente es tan amplio que quizás pudiera superar a los gobiernos de Fox y Calderón juntos, lo que ya era un parámetro difícil de superar. Se pueden encontrar miles de casos en la administración pública federal y ya ni hablar de las estatales. Pero al priismo y a sus gobernantes no les importa que los señalen de corruptos, es el sello de la casa. Que los analistas y la opinión pública concentaran su atención en la corrupción y el dispendio de los recursos públicos como causa y remedio del “gasolinazo” era una intención con todos los riesgos calculados. Estarían entonces preparados para el vendabal de críticas con el mutismo de siempre. La corrupción es el sello de la casa, la gente la tolera y la acepta, al menos así lo piensa Peña Nieto para quien el tema es un “asunto cultural”. El propósito estaría cumplido porque hablar de corrupción es distraer la atención y llevar todo el ánalisis crítico de manera inercial y por completo a la esfera del gasto público pero no al de los negocios privados que es justo la esencia de la reforma energética.

 

 

[1] Secretaría de Hacienda y Crédito Público “ACUERDO 016/2014 por el que se sujetan las gasolinas y el diésel a precios máximos al público” en: Diario Oficial de la Federación, México, 01/01/2015.

Además, la exposición de motivos de la polémica Ley de Ingresos de 2017 en su página L expone de manera clara como “En 2015 se cambió del esquema de precios administrados de gasolinas y diésel a un esquema de precios máximos para que quien pudiera competir en determinados mercados con precios menores al precio único nacional lo pudiera hacer con libertad” . Cita clave para demostar que el adelanto en la liberalización del precio de las gasolinas tiene que ver con incentivar la rápida recuperación de inversiones de las petroleras extranjeras y los nuevos distribuidores, almacenadores y expendedores de gasolina, argumento que desarrollaremos en la próxima entrega.

[2] Presidencia de la República; “Mensaje a la Nación del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Enrique Peña Nieto”. 5 de enero de 2017.   http://www.gob.mx/presidencia/prensa/mensaje-a-la-nacion-del-presidente-de-los-estados-unidos-mexicanos-licenciado-enrique-pena-nieto?idiom=es

 

[3] Ibidem.

 

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