¿Por qué nos enfermamos?

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*Claudia Soriano Segoviano. Psicoterapeuta Gestalt y Psicocorporal

Facebook: Psicoterapeuta Claudia Soriano Segoviano

Email: claudiasoriano@hotmail.com

 

 

 

 

¿Por qué nos enfermamos?

 

“El dolor es la píldora amarga del médico interior que quiebra la cáscara de nuestro entendimiento”.

Gibran Jalil Gibran

 

Existe una relación cuerpo-mente que refleja la manera en la que nuestros miedos, enojos, relaciones conflictivas y sobre todo nuestra tendencia a reprimir estos sentimientos influye directamente en nuestro organismo y su funcionamiento.

Nuestro cuerpo responde a la manera en la que pensamos, sentimos y actuamos, esto es lo que conocemos como la relación cuerpo-mente. Cuando nos encontramos enojados, ansiosos o estresados nuestro cuerpo nos hace saber que algo no anda bien, y lo hace a través de síntomas físicos. Tener la presión arterial alta o desarrollar una úlcera estomacal, por ejemplo, podrían surgir a partir de una situación particularmente estresante como la muerte de un ser querido, una separación o la pérdida de nuestro trabajo.

Tener una mala salud emocional puede debilitar nuestro sistema inmunológico provocando que nos den más resfriados e infecciones durante épocas difíciles, además de que en esos momentos no cuidamos nuestra salud como deberíamos hacerlo. Podemos sentirnos sin ganas de ejercitarnos o comer nutritivamente.

La enfermedad nos pone cara a cara con nuestras creencias y nos invita a pensar en las cuestiones más importantes de la vida. La enfermedad suscita la necesidad de encontrar un significado a partir de la tragedia, de reinventar nuestras vidas hacia un nivel más elevado, más sabio y más amoroso que el anterior.

Cuando nos diagnostican un cáncer, una esclerosis múltiple o cualquier enfermedad que amenace nuestra vida, no sabemos dónde estamos. La vida tal como la hemos conocido se resquebraja. Este periodo de incertidumbre es un periodo de vulnerabilidad en el que nos replanteamos todas nuestras creencias… y podemos verlo también como la posibilidad de sanar nuestra vida.

Y hay que tener algo claro, si bien es cierto que debemos hacer todo lo que podamos para seguir sanos y para curar nuestras enfermedades cuando sea posible, la sanación total no siempre es nuestro destino.

Para mejorar nuestra salud emocional que es la que en gran medida determina la física, primero podemos intentar reconocer nuestras emociones y comprender por qué las estamos teniendo. Descifrar las causas del enojo, la tristeza y el miedo en nuestra vida nos puede ayudar a esto.

Los siguientes consejos pueden serte de utilidad.

Expresa tus sentimientos de manera apropiada. Cuando los sentimientos de enojo, tristeza, estrés o miedo nos están causando problemas físicos, callarlos y guardarlos dentro de nosotros sin darles una salida seguramente harán que te sientas peor. Es importante que la gente que nos rodea sepa cómo nos estamos sintiendo y probablemente aunque siempre la escucha y el apoyo ayudan, quizá estas personas no sepan cómo ayudarte a lidiar con tus sentimientos de la mejor manera. Entonces, lo ideal es buscar a alguien que no esté involucrado en la situación, que puede ser un psicoterapeuta, que además nos puede mostrar diferentes formas de expresar nuestras emociones sin dañarnos y sin dañar a alguien más.

Vive una vida balanceada. Es recomendable no obsesionarnos con los problemas de la vida, sean del trabajo, de nuestra familia, de nuestras amistades o de otro tipo. Claro que esto no significa que tengamos que aparentar que estamos felices cuando en realidad nos sentimos deprimidos. Hay que darle reconocimiento y voz a esos sentimientos que no nos resultan agradables, y también tratar de enfocarnos en los aspectos positivos de nuestra vida. Algunas investigaciones han demostrado que tener una actitud positiva puede mejorar nuestra calidad de vida y salud. Siempre será bueno darnos tiempo para hacer las cosas que disfrutamos y nos hacen sentir felices.

Desarrolla tolerancia frente a las adversidades. Las personas que tienen tolerancia ante las adversidades son generalmente capaces de lidiar con el estrés de manera sana. Esto podemos aprenderlo por medio de distintas estrategias, las cuales incluyen mantener una imagen positiva de nosotros mismos, tener apoyo emocional, aceptar los cambios y poner las cosas en perspectiva.

Calma tu mente. Los métodos de relajación, como por ejemplo la meditación, el tai chi y otros, son maneras eficaces de balancear las emociones.

En resumen, cada dolor, enfermedad o problema se genera en todas las emociones y sentimientos reprimidos que nos invaden. Reconocerlos y tratarlos es la clave para vivir mejor y de manera más saludable.

Me gustaría conocer tus opiniones y comentarios. Me puedes escribir a [email protected] o bien, dejarme tu comentario al final de este post. Si te gustó el contenido ¡compártelo!

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*Claudia Soriano Segoviano.  Psicoterapeuta Gestalt y Psicocorporal por el Instituto Humanista de Psicoterapia Corporal INTEGRA.Actualmente y desde hace más de 15 años es psicoterapeuta para jóvenes y adultos en su consultorio particular en la CDMX.

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Comentario 1
  • Karla Arevalo

    Mi estimada Claudia, muchas gracias por todos tus artículos. Mente en calma...yo tejo.
    Te mando muchos abrazos con harto amor.

    Responder
    12 septiembre, 2016

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