La revolución que necesita México

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J. Jesús Esquivel

Corresponsal de la revista Proceso en Washington

@JJesusEsquivel

 

 

 

 

La revolución que necesita México

 

La "revolución” política que generó Bernie Sanders dentro del Partido Demócrata de los Estados Unidos debería ser un ejemplo para la sociedad de México. Sanders, senador independiente por el estado de Vermont y quien declinó a sus aspiraciones a ser candidato a la presidencia de su país, generó todo un movimiento social de descontento por el estatus quo en el sistema político.

La Convención Nacional Demócrata de Filadelfia, Pensilvania, será recordada en los libros de la historia por la designación de Hillary Rodham Clinton, como la primera mujer candidata a la presidencia de uno de los dos partidos nacionales. Pero también por “la revolución” que sembró Sanders con su candidatura entre la juventud, las mujeres y hombres de Estados Unidos inconformes con los abusos de poder y desinterés por la sociedad más necesitada, por parte del gobierno federal.

Los seguidores irreverentes de Sanders prometen seguir adelante con su movimiento de conciencia social, con sus ideales progresistas y de denuncia a lo que ellos llaman “un sistema electoral y político corrupto”. Los sanderianos, como ya se les conoce, quieren una tercera vía, un nuevo partido que los represente y defienda en Washington. Están hartos de los partidos Demócrata y Republicano. Al Demócrata lo acusan de solapar a figuras como Clinton, quien junto a su marido, el expresidente Bill Clinton, se han dedicado toda su vida a cultivar contactos y amistades entre la clase privilegiada. Ese 1% que hay de entre la población de más de 300 millones de estadunidenses.

El escándalo de los correos electrónicos que intercambió entre sus dirigentes el Comité Nacional Demócrata y que se interpretó como la prueba de un complot en contra de Sanders para garantizar la candidatura de Clinton, enardeció más los ánimos de los inconformes. A la exprimera dama la consideran una política corrupta, una mujer ambiciosa de poder, asociada por intereses propios con la clase política que ha dejado de representar a la sociedad, que promueve de manera indiscriminada el neoliberalismo y que defiende los intereses de los dueños del sistema financiero en Wall Street.

Los sanderianos amenazan con no votar en las elecciones presidenciales del 8 de noviembre. Su inmolación democrática la consideran un acto de castigo para Clinton y el Partido Demócrata.

Sostienen que si Donald Trump gana los comicios de noviembre y arruina a los Estados Unidos y al mundo, no será culpa de ellos sino de Clinton y el Partido Demócrata.

Por encima del peligro de una presidencia de Trump, es de reconocer la decisión de los sanderianos de salir a mostrar pacíficamente la intolerancia a un sistema político que según su entender ya no les funciona, que es corrupto y clasista.

¿Cuándo en México viviremos una revolución política similar?

Las inconformidades de los mexicanos son cada vez más latentes y mayores. Pese a los fraudes electorales tan burdos que hemos vivido en los últimos años, no hemos generado un movimiento social que tenga resultados tangibles. Ni la corrupción que hay a todos los niveles gubernamentales o la impunidad para con quienes cometen el delito, han logrado despertar un movimiento que busque la defensa de una democracia genuina y que represente a los olvidados, o que obligue a sus gobernantes a hacerlo.

En las ultimas décadas han surgido nuevos partidos y caudillos políticos que con el tiempo no han demostrado ser distintos a los que han arruinado al país y a su endeble sistema democrático.

La única excepción a esto es tal vez el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, pero nadie más.

México necesita de un movimiento social pacífico, ordenado y dispuesto a doblegar a un sistema político y partidista que ya no funciona, a ese sistema caduco de cacicazgos que simplemente se justifica y se encierra en su concha.

Los sanderianos son un movimiento digno de entenderse y de emular. Surgió, nada más y nada menos, en Estados Unidos, un país que presume ser ejemplo de democracia y que en muchas naciones así se considera. Por ello, los sanderianos ya son merecedores de la admiración y el respeto mundial.

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Comentarios3
  • David

    Y qué hay de los movimientos pasados y actuales en México, también son levantamientos de conciencia civil. También habrá que esperar para ver si aquel movimiento produce cambios en EEUU.

    Responder
    27 julio, 2016
    • Arturo Velez

      Pero claro que producirá cambios, sólo habrá que esperar a ver su alcance... El furor de los millenials por Bernie es un fenómeno muy interesante (nietos y abuelo) que perdurará por décadas.

      Responder
      27 julio, 2016
  • Kybal

    A México le conviene que gane Donald Trump porque con este torpe gorila es seguro que E:U se le desmorona en las manos. Es muy probable que incluso los estados del sur se indepmdicen de la Unión Americana y en consecuencia se reintegrena México en una Confederación cuyo nombre muy posiblemente sea MEXAMERICA. Los senderianos están muy concientes de que si ellos mismo no votan por Hillary Clinton, el colapso de EU es altamente viable.
    La Profecia de Carlos Fuentes se cumplirá si gana Trump. MEXAMERICA será la nueva potencia mundial.

    Responder
    20 agosto, 2016

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