La otra dictadura perfecta

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Ricardo González Bernal

Coordinador del Programa Global de Protección de Article 19

@R1card0G0nzalez

La otra dictadura perfecta

 

Para mi hermano Sainey MK Marenah y la diáspora gambiana  

 

Las calles de Banjul mantienen desde hace un par de semanas un ritmo más ajetreado que el acostumbrado. Nada tiene que ver con la cantidad de motocicletas o el prácticamente inexistente reglamento de tránsito. Tampoco tiene que ver con la temporada alta que abarrota la ciudad con turistas provenientes de Europa. La bulla en esta ocasión proviene de los habitantes de esta y otras ciudades que se han dado cita en las calles cercanas a Westfield para protestar por la detención del líder de la oposición, Ousainou Darboe. Durante los últimos días las protestas se han intensificado; quienes participan han sido reprimidos de manera brutal. “¡No a la dictadura, sí a la democracia!”. Al frente de varias de las protestas se encuentran mujeres que marchan con escoba en mano “para barrer la dictadura y el terror de Yahya Jammeh”, hombro con hombro avanzan estudiantes, campesinos, niños y niñas.

La respuesta del régimen ha sido draconiana, detenciones arbitrarias, incomunicaciones y tortura de manifestantes. Muchas de las personas que son arrestadas durante las protestas nunca llegan a ser presentadas ante la autoridad, aparecen tiradas en callejones con huellas de tortura y en estado casi comatoso. Existe evidencia de la operación de grupos paramilitares en coordinación con la policía y el ejército. Se ordena el arresto de cualquier funcionario del que se sospecha de simpatizar con las demandas que se escuchan en las calles.

Parece que a pesar de la indiferencia de la comunidad internacional, en Gambia se está formando un movimiento que pudiera terminar con los más de 21 años de terror de la dictadura de Jammeh, quien después de sobrevivir a un golpe de Estado en 1994 ha gobernado con mano de hierro sostenida por el silencio de la comunidad internacional.

Jammeh es un gobernante que se ha mantenido en el poder mediante elecciones fraudulentas y la persecución sistemática de la prensa, la juventud y cualquier tipo de activismo a favor de los derechos humanos o la democracia. Por lo menos 3 periodistas han sido asesinados y uno más permanece desaparecido. Existen casos documentados de ejecuciones extrajudiciales de activistas bajo custodia de los servicios de inteligencia. Jammeh además ha perseguido ferozmente a la comunidad LGBTTI y ha encarcelado a personas bajo sospecha de practicar brujería. Esto último es una cruel ironía si tomamos en cuenta que él, Jammeh, asegura poseer poderes sobrenaturales capaces de revivir a los muertos y de que curar el VIH/SIDA.

La suerte de las personas detenidas durante las protestas aún es incierta. El régimen mantiene en las calles al ejército y a los grupos paramilitares que aterrorizan a quien se cruce por su paso. Las próximas elecciones tendrán lugar a finales de este año. Sin embargo, con un oposición arrinconada, se puede prever que no serán libres. Mientras tanto, la lista de atrocidades y violaciones a derechos humanos sigue creciendo.

 

Pero a todo esto, ¿en dónde rayos se encuentra Gambia?

En el extremo noroccidental de África, otrora el puerto de embarque para el comercio trasatlántico de esclavos, se encuentra Gambia, un país cuyo territorio flanquea la rivera del río que lleva el mismo nombre. Su esbelto territorio está rodeado por Senegal y el Océano Atlántico. Gambia es un ejemplo claro de las caprichosas divisiones geográficas dictadas desde Europa -si Senegal era francófona había entonces que dejarle un pedazo al Imperio Británico.

Las protestas en Banjul aún no aparecen en CNN, sin embargo existen. El sufrimiento del pueblo gambiano no ha llamado la atención de la prensa internacional, no ha merecido una crónica o reportaje en la BBC, y sin embargo resuena. Más allá de lecciones de geografía descolonizante, por qué no empezamos a hablar sobre solidaridad cosmopolita. Si al terminar de leer estas líneas se pregunta qué rayos tiene que ver esto con México o cómo es que le afecta, tal vez valga la pena detenerse a pensar por qué insistimos en poner a México en el centro del mundo, cuando en realidad México es uno de tantos miradores que nos permiten observar las muchas violencias y valentías en otras latitudes que algún día terminarán por hermanarnos.

 

Pueden seguir la situación en Gambia en twitter con #GambiaRising #Gambia2016

Diasporum News

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