A bote pronto (Educación, gobierno y ciudadanía)

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Alejandro Mosqueda Guadarrama

Camarógrafo, editor y documentalista

Facebook: Moga Aleko

Educación, gobierno y ciudadanía

La educación es un proceso permanente, en el que las familias, las instituciones, los medios de comunicación y la sociedad en su conjunto son parte fundamental; son las escuelas las encargadas de llevar adelante el proceso de aprendizaje de millones de niñas y niños, y son las maestras y maestros los responsables directos de ejecutar un plan y estrategia pedagógica que posibilite a los educandos interactuar en su mundo, en su realidad con herramientas para enfrentar las oportunidades y dificultades que tendrán en su vida.

Para algunos teóricos-pedagogos, el objetivo de la educación es generar conciencia, seres transformadores de su realidad, para avanzar a sociedades con equidad, justas e igualitarias. Paulo Freire es piedra angular en esta visión sobre la educación.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, que es el organismo de Naciones Unidas en materia de desarrollo para ayudar a los pueblos a forjar una vida mejor (según su propia definición), plantea que se tiene que optar por una educación universal de calidad, formación óptima y para todos. Dejando de lado -por ahora- el contenido, metodología y planes educativos, es el Estado el responsable de garantizar y velar por la implementación del derecho de toda la población a una educación de calidad y gratuita.

El sistema educativo en México, es concebido desde la esfera institucional creada para este fin: la Secretaría de Educación. Es ahí donde se diseñan los objetivos, planes y estrategias para atender la demanda educativa; desde los mismos planes de las escuelas normalistas que formarán a los futuros docentes, hasta la pedagogía y contenidos que recibirán los educandos, pasando por definir la organización operativa de las escuelas. Habrá que reconocer que esta institución obedece a un proyecto político más que a una visión o planteamiento pedagógico.

La implementación en México de una Reforma Educativa atiende a los intereses del mercado, donde oferta y demanda son las que marcan la pauta; fue diseñada por asesores que están muy lejos de la práctica educativa, pero muy cerca de empresarios y políticos. El magisterio brilló por su ausencia en la elaboración de la reforma, los principales actores no fueron invitados. Algo digno para recordar la frase de André Bretón: “No intentes entender a México desde la razón, tendrás más suerte desde lo absurdo, México es el país más surrealista del mundo”.

Un punto que ha llevado a la movilización a gran parte del magisterio es la “evaluación”, que es un elemento importante -para el gobierno- en la implementación de la Reforma Educativa. Aunque realmente es su herramienta legal para despedir a miles de docentes. El surrealismo como signo de gobernanza: una Reforma Educativa que pone todos sus esfuerzos no en temas y acciones pedagógicas y estrategias para facilitar mayores habilidades profesionales de los docentes, sino más bien en echar a caminar un proceso de despido masivo. Aquí el brazo ejecutor, o el responsable del trabajo sucio, es el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE).

La práctica del docente es compleja al enfrentarse a situaciones y condiciones muy diferentes de una zona a otra, de una región a otra. Insistir en echar a caminar un proceso de “evaluación” sin tomar en cuenta esto, de entrada, es un despropósito. Es una muestra de cómo fue realizada esa reforma y de cómo sus objetivos nada tienen que ver con cuestiones educativas, planes de estudio, capacitación o planteamiento pedagógico alguno.

La Reforma Educativa no está diseñada para mejorar el proceso educativo en aula y mucho menos para capacitar y actualizar profesionalmente a los docentes. Es más bien una reforma laboral y administrativa para tener un mayor control político, implementar y justificar acciones que afectan los derechos laborales de millones de maestras y maestros.

El trabajo docente se ha venido burocratizando, eso es innegable, gracias a la vinculación que se ha establecido en la relación docente-gobierno, igual a trabajador-patrón. La reglamentación para realizar el trabajo lleva al docente a establecer una actitud de “cumplir” con el mínimo esfuerzo, con el establecimiento de rutinas que en nada ayudan al proceso de enseñanza-aprendizaje. La reforma impuesta por Peña Nieto nada tiene que ver con los procesos educativos y asume exactamente al gobierno como patrón. Con esa lógica se impulsa la reforma y se enfrentan las críticas y oposición magisteriales. El gobierno no ve ni asume una postura con una visión amplia, que tendría como objetivos primordiales las mejoras para todo lo que da vida y sustento a un sistema educativo, tomando en cuenta la realidad social y educativa de nuestro país.

La estrategia del sistema neoliberal avanza en el proceso de privatización de servicios y limitación de derechos sociales. La educación cuenta con menos recursos para atender a la población, basta ver las cifras de niñas y niños con posibilidades de acceso a escuelas, así como el presupuesto destinado para las mismas. Hemos visto fotos de escuelas que cuentan con una sola aula, multigrado, de piso de tierra, paredes de lámina o madera sin recursos de ningún tipo. En muchos puntos del país esta imagen se repite y en el mejor de los casos habrá una o dos aulas de ladrillo. En estas condiciones, miles de docentes realizan su trabajo, año con año, únicamente con su voluntad y la de las familias de la región.

Hoy, la mayoría de los medios masivos de comunicación coloca a los maestros –a los que luchan por sus derechos- como maleantes, vándalos y holgazanes. Los satanizan y justifican la represión de la que son objeto. Un joven o un maestro siguen siendo personas muy peligrosas, de acuerdo con la tendencia “informativa” que inunda los espacios en los medios. No es nada casual el nulo interés del gobierno en esclarecer la desaparición de 43 jóvenes, futuros maestros, e incluso la intención de vincularlos a alguna banda del crimen organizado.

Para la Secretaría de Educación, nada detendrá la implementación de la reforma, y para eso tiene listos -eso dice Nuño- a miles de docentes que suplirán a los miles de docentes que serán despedidos por salir a las calles a oponerse a la reforma y no asistir a trabajar. El patrón le aplica la ley al trabajador y lo despedirá como marca la ley. Este es el Secretario que el 27 de agosto de 2015, dijo: “Esta reforma se debe hacer junto con los maestros de México, vamos a llevar al gobierno, y les pido su acompañamiento, estar muy cerca de todos los maestros de este país, a escucharlos, a entenderlos, a dialogar con ellos. Es fundamental que los maestros nos escuchen y nosotros, sobre todo, los escuchemos a ellos”.

Quienes tuvimos la oportunidad de ir a la escuela, tendremos por lo menos un recuerdo que evoca a una maestra o un maestro, que nada tiene que ver con la imagen que hoy por muchos medios nos quieren imponer.

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