Margensur (Detener el horror)

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Alejandro Saldaña Rosas

Sociólogo. Profesor Investigador de la Universidad Veracruzana

@alesal3

Detener el horror

 

La anterior fue una semana aciaga en el estado de Veracruz. El horror –que nunca se ha ido al menos desde hace cinco años- volvió a asaltarnos con la más cruda de sus facetas: el homicidio de la periodista Anabel Flores, la confirmación de que al menos dos de los jóvenes desaparecidos por policías estatales en Tierra Blanca fueron asesinados y el descubrimiento de miles de restos humanos en las fosas clandestinas ubicadas al sur del estado, en el rancho El Limón. Esto por lo que sabemos a través de los medios y sobre todo por las redes sociales, pero también hubo levantones, asaltos, asesinatos, robos, feminicidios, secuestros y extorsiones que no fueron denunciados ni conocidos. Así ha sido a lo largo de los últimos cinco años al menos. En Veracruz no hay día que no se cometa un delito grave, si bien no todos se conocen y muchos menos se denuncian. Y aun menos se castigan. La impunidad es prácticamente absoluta.

            En Veracruz todos nos hacemos la misma pregunta: ¿cómo detener el horror? Y a decir verdad, no tenemos una respuesta clara, lo que no significa que hayamos claudicado en la lucha por la justicia, la paz, la seguridad, la alegría, y en contra de la explotación, la inequidad, la corrupción y la impunidad. Pero es innegable que nuestros esfuerzos han sido insuficientes puesto que no hemos podido detener el horror.

            El problema es complejo y con múltiples aristas anudadas todas ellas -o la mayoría al menos- en el gobierno del estado y en el gobierno federal. Lo he dicho en otras ocasiones: el crimen organizado es tal porque se organiza desde y a través del gobierno. Como prueba basta un botón: los cinco jóvenes desaparecidos en Tierra Blanca fueron levantados por policías estatales de la Secretaría de Seguridad Pública que dirige Arturo Bermúdez Zurita.

            Esta situación nos coloca en una terrible paradoja: exigimos alto al horror a los mismos que lo provocan. Exigimos justicia ante la Fiscalía General del estado de Veracruz, institución que ha demostrado su ineficacia y en muchas ocasiones su evidente colusión con los criminales. Demandamos la intervención del gobierno federal y nos manda soldados y marinos violadores de derechos humanos o la PGR –la de la verdad histriónica- atrae casos que jamás resuelve o la SEGOB envía al subsecretario de Derechos Humanos, Roberto Campa, para ayudar a ocultar los cientos de fosas clandestinas que hay en el estado. Y el horror no se detiene.

            Javier Duarte sigue siendo un activo importante para el gobierno federal: es un fusible y, como tal, no importa que se queme una y otra vez, para eso está, esa es su función. Para cumplir con su misión de fusible del sistema político, Duarte tiene a su favor su estridencia, su pésima imagen mediática, su torpeza política, su insensibilidad social, su cinismo, su ineficiencia como gobernante, su arrogancia y una cauda de serviles funcionarios –comenzando por el secretario de Gobierno Flavino Ríos-, paleros de matraca pronta, arribistas de todos los colores y partidos, curitas venales pero acitronados y, sobre todo, un largo apéndice de gacetilleros a sueldo y perritos de circo con micrófono.

            Mientras le sirva como fusible, Peña no va a meter las manos por su amigo Javier Duarte. Menos aun cuando se avecinan campañas electorales, y si en algo se ha destacado el que cobra como gobernador de Veracruz, es precisamente en su habilidad para moverse en el estercolero de la compra de votos, la puñalada trapera y el chanchullo electoral. En este sentido, y pese a su pésima gestión, Duarte es un activo electorero para el PRI.

            Así las cosas, el horror no se va a detener por la acción del gobierno estatal (de donde supura) ni por la intervención del gobierno federal. Como lo he escrito anteriormente, estamos ante la producción institucional del miedo. Solamente podemos detener el horror si como sociedad nos organizamos y reconstruimos las instituciones de gobierno. Qué tan profunda y radical es la reconstrucción institucional, depende de la capacidad de organización que demostremos para generar proyectos alternativos.

            Necesitamos vincular la lucha de los familiares de los desaparecidos y desaparecidas, de los pueblos en defensa de sus territorios, del Movimiento Magisterial Popular Veracruzano, de los jubilados de la COPIPEV, de los trabajadores y estudiantes de la Universidad Veracruzana (que comienzan a manifestarse), de los sindicalistas independientes, de los chavos de los barrios, de los pescadores, de los campesinos, de los empresarios, de los ambientalistas, de los colectivos de mujeres. Necesitamos construir una red de organizaciones y ciudadanos que aglutine y cohesione los movimientos sociales en Veracruz.

            El horror se detendrá cuando construyamos una red de organizaciones y ciudadanos con una estructura flexible, amplia y plural con una irrenunciable convicción democrática, comprometida con la transformación institucional del estado de Veracruz. Una red de organizaciones y ciudadanos que luche por vías pacíficas, legales e ilegales, puesto que la desobediencia civil es una forma pacífica e ilegal de lucha, y una de nuestras principales armas. Una red de organizaciones que luche por una transformación democrática que acabe con la impunidad, el rezago social, la inequidad, la corrupción y la violencia en Veracruz. Que luche por un estado en paz, libre, democrático, justo y alegre. Porque la alegría veracruzana ha sido conculcada por decenas de años de regímenes políticos abyectos, encabezados por el PRI.

            Hagamos frente al horror en su dimensión más brutal: las desapariciones, los asesinatos y los feminicidios. Un primer paso para la construcción de esta organización bien podría ser un encuentro estatal de familiares de desaparecidos y asesinados. La Universidad Veracruzana debería ser sede de este encuentro. Y a partir de allí, no sólo detener el horror, sino transformar democráticamente nuestro estado. Si no lo hacemos nosotros, el horror no se irá solo.

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Comentarios2
  • Alberto gastelum Mayoral

    Me parece una muy buena idea lo del encuentro de familiares de desaparecidos y asesinados, es un muy importante primer paso, la unidad es básica en todo esto! Basta ya de permitir que el gobierno de Duarte, de Epn y demás agregados hagan lo que se les venga en gana!

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    15 febrero, 2016
  • Andres E Morales Quintana

    Se acerca el tiempo de elecciones y es cuando debemos decidir por cambiar el rumbo de lo que acontece en nustro querido estado de Veracruz... no mas presatarse a la compra-venta de votos, no a la presion que hacen sindicatos y gobernantes por votar por el PRI a sus agremiados y empleados...no a seguir votando a la cargada "para no perder" cuando de antemano estamos perdidos... Debemos votar con conciencia analizando a los partidos y sus candidatos... quienes son y que han hecho... ese es el momento de protestar energicamente por todo lo que ha pasado... Hasta Cuando???

    Responder
    16 febrero, 2016

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