Los chivos expiatorios de una masacre

  • 0

 J. Jesús Esquivel

Corresponsal de la revista Proceso en Washington

@JJesusEsquivel

 

Los chivos expiatorios de una masacre

Washington – La masacre de 14 personas en San Bernardino, California, abrió un nuevo debate en Estados Unidos, sin embargo, inmediatamente se buscó chivos expiatorios para desviar la atención de una de las razones fundamentales por las que ocurrió el incidente, ahora calificado de “acto terrorista”.

El hecho de que Syed Rizwan Farook y su esposa Thasfeen Malik, autores de la matanza del pasado 2 de diciembre, sean musulmanes, ayudó a desviar el debate sobre la venta de todo tipo de armas y municiones en los Estados Unidos, y para que todo se transformara en extremismo racial y en la parafernalia de que todos los árabes o personas de esta región y origen son potenciales terroristas.

Nada justifica el asesinato a sangre fría de ninguna persona, tampoco actos cobardes del terrorismo, no es la intención de este artículo. Lo que indigna es que desde que ocurrió la masacre, los medios de comunicación en Estados Unidos y algunos de sus políticos, especialmente Donald Trump, hasta la Suprema Corte de Justicia, se olvidaron de que la pareja homicida logró su cometido gracias a las facilidades que le ofrecieron las leyes de California para adquirir todo tipo de armas y municiones, como los rifles de asalto AK-47 que usaron para herir a 21 personas y acribillar a catorce más.

Desde que se conoció la noticia y el origen racial de los multihomicidas, los medios estadunidenses centraron su enfoque periodístico en tratar de establecer si lo ocurrido en San Bernandino había sido un acto de terrorismo relacionado con algún grupo del Oriente Medio.

Fueron pocas las excepciones entre los medios de comunicación estadunidenses que hablaron de la necesidad de revisar las leyes federales para prohibir, o por lo menos restringir, la venta de armas semiautomáticas.

Cuando el FBI determinó que lo de San Bernardino era un “acto de terrorismo”, la polémica sobre las leyes que facilitan la venta, portación y uso de todo tipo de armas, se fue al archivero.

El sábado 5 de diciembre sorprendió que el diario The New York Times sacara como titular de su edición impresa un editorial pidiéndole al Congreso estadounidense legislar para definir una ley que restringiera la venta de armas semiautomáticas en el país.

La xenofobia desatada por el perfil y origen racial de la pareja homicida, alimentó los sentimientos racistas de Trump --el aspirante a la nominación presidencial del partido republicano--, quien el pasado lunes por la noche, durante un evento en Carolina del Sur, pidió que se prohibiera la entrada de los extranjeros musulmanes a los Estados Unidos.

La posición irracional e inconstitucional de Trump no sólo enalteció a la xenofobia racista que priva en Estados Unidos, sino que coincidió con la decisión de la Suprema Corte de Justicia, que rechazó abordar el tema de la prohibición de armas semiautomáticas, argumentando que no podía hacerlo porque en siete de los 50 estados de la Unión Americana existen medidas en vigor que lo permiten, como es el caso del estado de California.

La presunta asociación entre Malik y su esposo con el Estado Islámico (EI), este grupo terrorista que se acreditó el ataque en París, enterró en definitiva la posibilidad de que por fin en el Capitolio renaciera un proyecto de ley para restringir la venta de armas semiautomáticas.

La facilidad con la que se pueden conseguir las armas y municiones en los Estados Unidos ha permitido y facilitado la masacre de personas y se ha convertido en un mal recurrente. Cuando estos lamentables hechos se repiten, provocan indignación, arrepentimientos y hasta iniciativas de ley para prohibir la venta de armas; sin embargo, sólo dejan la sensación de que algo se quiso hacer al respecto, pero lamentablemente nunca se concretizan.

Este presunto acto de terrorismo llevado a cabo en San Bernardino es repudiable, como lo es todo acto que implica quitarle la vida a civiles inocentes. Considero igualmente repudiable que personas con problemas mentales, que sufren de las secuelas psicológicas provocadas por su participación en algunas de las guerras norteamericanas, sea Irak o Afganistán (por poner sólo algunos ejemplos), tengan fácil acceso a cualquier tipo de armas y con ellas acaben con la vida de personas, incluyendo menores de edad.

La Asociación Nacional del Rifle (NRA) debe estar feliz de que todo Estados Unidos esté más concentrado en el hecho de que la pareja asesina de San Bernardino sea musulmana, que en la facilidad con la que estos pudieron comprar los AK-47, debido a la permisividad que existe en las leyes norteamericanas ---como es el caso del estado de California--- para adquirir el arsenal con el cual mataron a 14 personas.

Atrás Video columna de PietroAmeglio -Exterminio selectivo y el asesinato de don Trino de la Cruz - 9/Dic/15
Entre la emergencia y la urgencia
Siguiente Entre la emergencia y la urgencia
Entradas Relacionadas

Escribir comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *