El huerto (29 de octubre 2015)

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Por Víctor García Zapata

Director de la Fundación para la Democracia

@victorgzapata

Las coordenadas de Por México Hoy

 

Desde el pasado 3 de octubre, la Iniciativa Por México Hoy, dada a conocer por un amplio grupo de activistas y personalidades entre las que se encuentran el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas y Alejandro Encinas, se ha ido abriendo paso como un punto de referencia de organización y actividad política, que como objetivo fundamental, pero no exclusivo, se plantea el de lograr una nueva constitución.

Si bien no pretendo “monotematizar” esta columna con asuntos relacionados a la iniciativa, que ocupará buena parte de nuestros esfuerzos, sí me parece conveniente proponer algunas ideas que, desde mi perspectiva, pueden ser útiles para pensarla y mirarla ahora que comienza:

  • La nueva constitución. Se trata de un objetivo indispensable para superar el régimen de la transición agotada, que no ha hecho sino profundizar el proyecto neoliberal y poner la mesa para la recomposición autoritaria. Pero en Por México Hoy está claro que una nueva carta magna no puede ser fruto más que de la movilización que exprese consensos amplios en torno a un régimen solidario de derechos y libertades, y que obliguen y presionen a las estructuras de toma de decisión a la discusión y aprobación de un nuevo marco jurídico para el país.
  • Imaginar un país. Construir los consensos en el sentido renovador que nos estamos planteando requiere, necesariamente, de muchos y diversos esfuerzos para construir horizontes programáticos y asegurar que el punto de llegada de nuestras movilizaciones sean, efectivamente, en sentido contrario a las políticas neoliberales y al marco institucional autoritario. No se trata de construir un proceso destituyente que no derive en cambios radicales (la debilidad institucional actual también puede ser aprovechada para recrudecer el estado autoritario) –incluso estos se nutren de procesos previos de presión por parte de las fuerzas progresistas– se trata, esa es nuestra apuesta, de desencadenar un gran momento de conversación nacional, que sin las ataduras del posibilismo inmediato imagine hacia dónde queremos ir como país. El momento de imaginación es también el momento de encuentro y tiene que partir, en buena medida, de los agravios y experiencias populares de lo cotidiano de manera que las luchas para confrontarlos puedan inscribirse en una visión de largo plazo.

 

  • La acción instituyente. Paralelo a la construcción programática, ya de por sí creativa, es necesario que Por México Hoy detone tensiones y cuestionamientos sobre las nociones y los códigos autoritarios de la acción política. Se trata de rescatar y recuperar a la política como forma permanente de agregación de los diversos, para acordar horizontes comunes y, como método, para entender nuestros agravios en el marco estructural que ameritan, por lo menos, la disputa del modelo. Para ello, Por México Hoy tiene que ser, también, un espacio –laboratorio- donde se rompa con las tradiciones corporativas, clientelares, patriarcales, verticales, incondicionales, de certezas absolutas, entre otras. Por los liderazgos que participan en la iniciativa y por su conformación incluyente de activistas y militantes de viejos y nuevos movimientos, Por México Hoy resulta un espacio privilegiado para el diálogo intergeneracional y el cambio de época entendido no como la frontera etaria, sino como la evidencia de que es necesario modificar los entendimientos de la política, atendiendo, por ejemplo, las enseñanzas del movimiento #Yosoy132, o el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad. El carácter exploratorio y renovador del que queremos dotar a la política cotidiana, tiene que estar dispuesto al ensayo y error, siempre y cuando cumpla con la ética. No podríamos aspirar a un proceso puro donde ninguno de sus miembros hayan, hayamos, cometido contradicciones con respecto a las formas políticas que entendemos como democráticas, sino de abrir genuinos procesos de reflexión sobre cómo imaginamos el conjunto de relaciones en el marco de un régimen como el que queremos lograr.
  • El momento de la lucha: La consecución de los cambios que requiere el país no tiene por qué depender de la lucha electoral. La elección es sólo una forma y un momento de lucha, importante pero no el único, de alcances indispensables pero que en alta proporción, contrario a su razón de ser, carga con el distanciamiento de las aspiraciones, necesidades y dinámicas de la sociedad. Generar que la mayoría política dispute un nuevo país es tarea de todos los días, implica solidarizarse con las luchas por derechos que se libran día a día, politizar agravios, articular luchas, actuar sin plazos fatales ni determinados, hay que conversar, imaginar, movilizar. Construyamos las condiciones lo antes posible.
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