El inexorable paso del tiempo

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Claudia Soriano Segoviano. Psicoterapeuta Gestalt y Psicocorporal

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El inexorable paso del tiempo 

“Lo pasado ha huido, lo que esperas está ausente, pero el presente es tuyo” 

Proverbio Árabe 

 

 

Todas las personas percibimos el paso del tiempo de diferentes formas. Mientras que para algunas parece que pasa rápidamente, a otras les puede parecer lo contrario. Es natural y depende de múltiples factores, los cuales influyen en las estimaciones temporales como el contexto, nuestro estado anímico y las circunstancias; porque la percepción también varía en función de cómo estamos, el cual cambia la velocidad de nuestro reloj interno. 

Hasta donde se sabe, el sentido del tiempo no es procesado por un órgano específico. Hay algunas teorías que suponen que existe en el cerebro un mecanismo biológico con la capacidad de evaluar la duración del tiempo,  pero sólo es una suposición pues no se ha encontrado nada que lo sustente.   Buena parte de la percepción que del tiempo tenemos, es gracias a receptores especializados de nuestro organismo que captan los estímulos correspondientes y los convierten en señales eléctricas que envían al cerebro.  Una amplia red de neuronas podría entonces estar implicada en la percepción subjetiva del tiempo. 

El cerebro, en cualquier caso, debe de funcionar bien para que podamos percibir el tiempo con precisión. A los niños pequeños (menores de 8 años), les resulta muy difícil tener claridad en relación al tiempo (saber cuándo fue ayer o mañana, aprender la hora y el calendario), debido probablemente a la falta de madurez de los circuitos neuronales que lo permiten. Y cuando llegamos a la vejez tenemos también cambios neuronales que hacen que los marcadores internos se vuelvan más lentos haciendo que el tiempo “subjetivo” pase más rápido. Es entonces cuando los años se hacen cortos y la vida en general va más deprisa. 

Las señales externas de las cuales dependemos para medir el tiempo, están ahí, los movimientos del sol, de la luna y de los planetas; los cambios de temperatura y de luz, los cambios de estaciones, las plantas que florecen en determinada época, aves que llegan en estaciones fijas, ciclos de sueño y vigilia, de inactividad y actividad. Todas estas señales ayudan a que elaboremos una habilidad para calcular el tiempo. 

El tiempo que percibimos no siempre coincide con que deseamos. A veces queremos que corra y en muchas ocasiones desearíamos detenerlo. Razonar sobre los factores que determinan el tiempo subjetivo puede ayudarnos a equilibrar el tiempo que sentimos con el esperado. Cuando no es así se disparan los sistemas emocionales del cerebro, y si ello perdura se genera un estado de estrés que perjudica nuestra salud. Cuando estamos bajo situaciones de estrés las glándulas suprarrenales liberan hormonas como el cortisol que dañan al organismo, ya que afectan al sistema inmunológico y provoca muerte de neuronas. Trabajar a contrarreloj  y bajo presión es  un buen ejemplo, ya que cuando lo volvemos una costumbre, afectamos seriamente  a nuestro organismo debilitando nuestra salud física y mental. Controlar nuestros tiempos o por lo menos, tener la sensación de que los controlamos, es un factor clave del bienestar emocional y mental de las personas. 

El tiempo es todo lo que sucede entre una causa y su efecto, y si para nosotros pareciera que no sucede nada entre ambos, el tiempo parece desaparecer. 

 

Todas las personas hemos tenido serios conflictos para poder comprender el papel que juega nuestro propio sentido del tiempo, en el contexto de un tiempo universal. ¿Por qué nuestro tiempo es tan variable y loco, alargándose o acortándose, produciéndonos angustia o placer? Afortunadamente ahora sabemos que el tiempo en el universo también puede retardarse o acelerarse, cambiar de sentido y hasta desaparecer en los agujeros negros. 

 

Independientemente de nuestra subjetiva percepción del tiempo, me parece que la mejor forma de aprovecharlo es procurando disfrutar la mayor cantidad de momentos, y de esa manera no sentiremos que lo hemos perdido. 

 

Como siempre me importa cómo te sientes y cómo quieres sentirte… si crees que lo necesitas, búscame, mi celular es el 5522558630, mándame un mensaje para platicar y hacer una cita. 

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