Condena de 9 años y medio a Lula por caso de corrupción
Gerardo Campos
El expresidente brasileño, Luis Inácio Lula da Silva fue condenado, este miércoles, por el juez Sergio Moro a nueve años y seis meses de prisión por el delito de corrupción pasiva y lavado de dinero en el caso de la empresa estatal Petrobras.
De acuerdo a la sentencia de Moro, Lula es culpable de haber aceptado 3.7 millones de reales, lo equivalente a 1.1 millones de dólares, dinero que supuestamente fue usado para la remodelación y amueblado de un departamento en la localidad costera de Guaruja, en Sao Paulo. Como parte de este caso también se investiga el presunto pago de 87.6 millones a políticos y funcionarios.
A pesar de haber recibido sentencia, Lula da Silva no ha sido arrestado porque aún puede apelar ante tribunales de Brasil y la ONU, como ya afirmó la defensa del exmandatario brasileño.
Lula ha denunciado en repetidas ocasiones ser víctima de acusaciones infundadas y con tintes políticos. Al respecto, dirigentes de varios partidos políticos, entre ellos el Partido de los Trabajadores de Brasil y el Partido Comunista de Brasil, así como sindicatos y organizaciones populares se han posicionado a favor del expresidente, quien además tiene pretensiones de contender en el proceso electoral de 2018.
Según las declaraciones del expresidente de la firma OAS, Leo Pinheiro, quien actualmente se encuentra condenado por corrupción en el caso Lava Jato, el lujoso departamento fue remodelado para Lula da Silva y su esposa Marisa Leticia. Sin embargo, la fiscalía no ha podido comprobar que dicha propiedad pertenece al exmandatario de Brasil.
En un reportaje realizado por Raúl Olmos y Daniel Lizárraga para Mexicanos Contra la Corrupción, los periodistas ahondaron en la relación del gobierno del expresidente mexicano Felipe Calderón con la firma brasileña Odebrecht y el rastro de 10.5 millones de dólares que ésta pagó a empresarios y funcionarios en México para acceder a contratos de 2010 a 2014.
La investigación también describe la participación del expresidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva, y el entramado a través del cual el exdirector de la empresa Braskem, Roberto Prisco Ramos, involucró a Lula en una operación que culminó con la celebración de un contrato de inversión por 2 mil 500 millones de dólares entre el grupo mexicano Idesa y la brasileña Braskem para la construcción de un complejo petroquímico en Veracruz. El proyecto se encuentra ligado a la investigación que contempla a doce países de África y América y más de 100 contratos otorgados a Odebrecht y sus filiales.
