Agrede minera estadounidense a reconocida indígena ambientalista

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Agrede minera estadounidense a reconocida indígena ambientalista

Por: Luz María León

Máxima Acuña, defensora de los derechos de la tierra y el medio ambiente, fue golpeada el domingo pasado por la empresa minera Yanacocha, en la región de Cajamarca, Perú, cuando personal de la empresa ingresó a su terreno sin autorización. De igual forma, su esposo Jaime Chaupe fue agredido.

Ysidora Chaupe, hija de Máxima Acuña, informó que trabajadores de Yanacocha ingresaron al terreno sin autorización de su familia y con herramientas dañaron los sembradíos. Luego de esto, Máxima y Jaime se acercaron para hablar con las personas que ahí se encontraban, pero ellos se negaron a dar alguna explicación. El personal de seguridad de la empresa formó una barrera para impedirles el paso y enseguida usaron sus armas, junto con el equipo antimotines, para golpearlos. 

Las agresiones se deben a su oposición contra la Mina Conga, un proyecto minero que contempla la construcción de dos tajos, uno de ellos sobre la laguna azul, ubicada en las provincias de Cajamarca y Celendín, en el norte de Perú. Este proyecto pertenece a Newmont Mining, una trasnacional originaria de Estados Unidos, y a la minera local Buenaventura, de la que forma parte la mina de Yanacocha.

La Mina Conga pretende imponerse como el proyecto minero más grande del país para la explotación a cielo abierto de oro y cobre con una inversión de 4,800 millones de dólares para la etapa de construcción. Esta mina a cielo abierto, de más de 2 mil hectáreas, ocasionará la destrucción de cuatro lagunas que abastecen de agua a las poblaciones de Cajamarca y Celendín.

Máxima Acuña es dueña de esas tierras desde 1994, en el distrito de Sorochuco del departamento de Celendín, Cajamarca, Perú, en las cordilleras, a más de 3 mil 200 metros sobre el nivel del mar. En 2011, la compañía minera Yanacocha intentó comprar sus tierras, pero ella se negó. Desde entonces, la minera emprendió una campaña de intimidación y hostigamiento en su contra.

El 17 de diciembre de 2014, en la Sala Penal de Apelaciones de Cajamarca, Acuña logró la revocación de la sentencia que la condenaba a ella y a su familia a dos años y ocho meses de pena privativa de la libertad suspendida y al pago de una reparación civil de 5 mil 500 nuevos soles a favor de Yanacocha. Con esto, Máxima Acuña y su familia fueron absueltos del delito de usurpación de tierras. Asimismo, en este juicio mostraron documentos que comprueban que compró el terreno Tragadero Grande en 1994.  

Sin embargo, los ataques hacia Máxima Acuña y su familia han sido frecuentes. De acuerdo con información del Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina, “en febrero del año 2015 las fuerzas de seguridad de la minera destruyeron las cimentaciones de una casa que planeaba construir Máxima con su esposo”.

En el mes de abril, Adam Shapiro de Front Line Defenders (FLD)reportó que la defensora ambientalista estaba bajo vigilancia por parte de un puesto de control de la empresa de seguridad privada Securitas, contratada por las corporaciones mineras. Dos días después de la visita del equipo de FLD, la compañía de seguridad invadió las tierras de Acuña portando equipamiento antidisturbios.  

El día de ayer, en el marco del Día Internacional de la Paz, la Red Unión Latinoamericana de Mujeres (ULAM), de la que Máxima es miembro, emitió un comunicado en el que exhortan a los organismos internacionales que vigilan el cumplimiento de los tratados internacionales sobre Derechos Humanos y a los Defensores/Defensoras de los Derechos Humanos, a que se investiguen y castiguen los crímenes en contra de defensoras de la Madre Tierra, y para que se realicen acciones efectivas que puedan frenar la violencia corporativa, estatal, gubernamental y de otros actores de los conflictos socio-ambientales, generados por las industrias extractivas, entre las que están las mineras y petroleras.

A su vez, hace un llamado para que se adopten medidas para proteger la integridad física y psicológica de defensoras como Máxima Acuña, sus familias y comunidades; mismas que deben ser acompañadas por diferentes mecanismos de exigencia ante la omisión del gobierno y las corporaciones.

Este año, Máxima Acuña recibió el Premio Goldman 2016 por su labor como defensora de la tierra y del agua en su comunidad. En la condecoración entonó una canción que da cuenta de su historia de lucha y resistencia frente a los constantes ataques de las corporaciones.  En el año 2015 le fue entregado este premio a Berta Cáceres, luchadora social y ambientalista del pueblo Lenca en Honduras, quien fue asesinada el 2 de marzo del presente año.

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