Margensur (Impasse en Veracruz)

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Alejandro Saldaña Rosas

Sociólogo. Profesor Investigador de la Universidad Veracruzana

Twitter: @alesal3 / Facebook: Compa Saldaña

 

 

 

Impasse en Veracruz

Impasse. Callejón sin salida. Compás de espera

Real Academia de la Lengua

 

Luego del atraco cometido durante más de cinco años, Javier Duarte se ha dedicado a construir el blindaje para garantizar su impunidad y el amarre para que el gobernador electo no tenga ningún margen de gobernabilidad. El aún gobernador mueve sus piezas en un tablero donde sólo quedan serpientes y casillas negras, en un intento por eludir lo que parece inevitable y que debería ser su destino final: la cárcel. Por méritos propios se ha ganado un sitio en el penal de Pacho Viejo o, mejor aún, en el Altiplano, sin embargo, su intrincada red de complicidades podría premiarlo con algún consulado del otro lado de cualquier océano. Hay antecedentes y muchas ciudades para disfrutar la vida, como en Barcelona, pero esa plaza ya tiene jefe.

            El neroncito de Córdoba está dispuesto a seguir quemando lo que queda de su abatido reino, lo que queda de esta “soberanía” ya en cenizas. Egoísta hasta en su agonía como gobernante, Duarte de Ochoa coloca sus intereses en primer lugar sin importarle en lo absoluto que Veracruz siga precipitándose en un profundo, oscuro e inmenso foso. Total, debe de pensar, si Veracruz es una fosa olvidada, cavar más profundo el hoyo brinda mayor espacio y, por ende, hay más cupo. En sus últimos estertores despachando en Palacio de Gobierno, Javier Duarte ha tenido un gesto de democracia fúnebre: “¡que se jodan todos!”

            Veracruz está en un peligrosísimo impasse: mientras el gobernador saliente actúa como ese pésimo inquilino (al fin desalojado) que antes de dejar la casa, la destruye, el gobernador entrante, Miguel Ángel Yunes Linares, aún no tiene los hilos del poder institucional en sus manos y lo más que ha hecho es publicar un par de desplegados conminando a que Peña Nieto intervenga. Par de desplegados bastante inútiles por cuanto la intervención del gobierno federal ha sido, si acaso, un jalón de orejas no tanto a Duarte como sí a los irresponsables diputados que estaban en plan de levanta dedos en automático... es decir, en su actividad normal. Al menos formalmente, la última locura de Duarte ha sido postergada: la cesión al Instituto de Pensiones de al menos once inmuebles, como la Estancia Garnica, el Velódromo, el Parque Doña Falla, el Word Trade Center (embargado, por cierto), entre otros. Nada garantiza que la próxima semana, o a la siguiente, la mayoría priista y sus mascotas en el congreso de Veracruz aprueben las más obtusas iniciativas enviadas por su jefe Duarte. Si jamás han actuado con autonomía, sería ingenuo suponer que en sus últimas semanas como “representantes populares” estarán a la altura de las circunstancias.

            Impasse peligrosísimo porque es claro que Duarte pretende irse sin pagar a la Universidad Veracruzana, a los tecnológicos, a la Normal, a los ayuntamientos, a cientos de empresarios, a miles de campesinos, a todo el estado prácticamente. El gobernador saliente huye gritando “¡el de atrás paga!”, pero el gobernador entrante no va a tener con qué hacerlo. Y en el impasse, que Veracruz se hunda más. Lo estamos viendo ya: el gobierno no paga las pensiones de los jubilados, no paga a empresarios o les promete que pagará con los recursos del 3% de impuesto a la nómina (es decir, pretende pagar a los empresarios con su mismo dinero), no paga a la UV, no paga a los tecnológicos, no paga a los ayuntamientos, ¡no paga a nadie!

            Peligroso impasse aprovechado por los cárteles (con y sin uniforme) que tienen manga ancha para actuar sin preocupación alguna. Ahí está el intento de asesinato del activista social Jairo Guarneros, quien fue baleado el pasado 7 de julio (http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2016/07/08/balean-a-activista-en-veracruz). También el asesinato de José de Jesús Jiménez Gaona, padre que buscaba a su hija Jenny Isabel Jiménez Vázquez, joven desaparecida en Poza Rica (http://plumaslibres.com.mx/2016/06/23/164065/). Y muchos casos más. Muchos, cada día, en cada ciudad, en cada pueblo y ranchería de Veracruz.

            “¡Qué alguien detenga a Duarte!”, claman cientos, miles de veracruzanos en las redes sociales, en los cafés de sempiterna grilla, en las redacciones de medios que lloran su chayote, en los corrillos de políticos profesionales y advenedizos con aspiraciones. “Sí, pero quién y, sobre todo, ¿cómo?”, respondemos a una voz desde el fondo de la fosa. ¿Cómo detener al viscoso gobernador veracruzano?

            No lo sé, solamente aventuro hipótesis, propuestas. Antes que el cómo está el quién. Es imprescindible que todas las personas y los grupos sociales agraviados por Duarte se integren en un gran frente que exija ante instancias federales el cumplimiento de sus respectivas agendas. Pero unidos, integrados en un solo frente de agraviados veracruzanos. La exigencia ante el gobierno federal es completamente pertinente debido a que Peña ha sido cómplice de los atropellos duartistas. Pero Javier Duarte ya se fue, en tanto que a Peña Nieto aún le quedan un par de años.

            Imprescindible construir un Frente de Agraviados de Veracruz en el que participen y luchen los pensionados de la COPIPEV y del Frente estatal en Defensa de IPE, los periodistas del Colectivo Voz Alterna y otros igualmente honestos, los maestros y estudiantes de la Normal Rebsamen, los familiares de desaparecidos, los estudiantes y académicos de los tecnológicos, el Colectivo en Defensa de la UV, las organizaciones de la sociedad civil que luchan contra las hidroeléctricas y contra el fracking, la amplia y generosa comunidad artística, los campesinos, los obreros, los taxistas, los comerciantes y empresarios. Ante el impasse de la clase política veracruzana, es urgente que la sociedad civil se articule para exigir al gobierno federal el cumplimiento de los compromisos contraídos por Duarte y sus secuaces. Urge que la sociedad civil nos organicemos y convoquemos a los funcionarios electos, gobernador y diputados, a un gran foro en defensa de Veracruz.

            Un foro en Los Pinos, luego de una gran marcha porque aquí hay un impasse que es una fosa abierta.

Cero Decibeles -06 de julio de 2016- En el estudio: Altermutz
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